Un elemento clave de nuestra adoración en Grace Fellowship Church es la oración pastoral, en la que uno de los ancianos de la iglesia ora por la iglesia y en nombre de ella. De vez en cuando me gusta compartir una de esas oraciones. Esta oración fue orada por Paul, el pastor principal.
Señor Jesús, Tu mayor tesoro es Tu Padre. Así se podría decir: “Yo y el Padre somos uno”. Y como Tu vida fue todo servicio y generosidad, no es de extrañar que Tú orabas: “Padre Santo, guárdalos en tu nombre, me los has dado, para que sean uno, como Nosotros somos uno”. Y admitimos que nos sorprende esta petición, Jesús. ¿Quieres que seamos tan unidos y amorosos unos con otros como la unidad que existe entre Tú y Tu Padre?
Cuánto nos alegra de que hayas orado aún más. “La gloria que me has dado se la he dado a ellos para que sean uno como nosotros somos uno, yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno…”. Señor Jesús si fue esta unidad la que ocupó Tus últimas oraciones en la tierra, entonces estamos seguros de tres cosas: esto te importa; debemos necesitar mucha ayuda para vivir así; sucederá. Ninguna de Tus oraciones queda sin respuesta.
Así que, aunque somos conscientes de todas las formas en que estropeamos esto, ahora estamos todos aquí mirándote y diciéndote: “Por favor intercede por nosotros ante nuestro Padre para que responda a esta oración. Haznos uno. No un grupo de personas que visten igual, piensan igual, hablan igual, educan a sus hijos igual, gastamos nuestro dinero igual, ni formas en que nos ofendemos y pecamos unos contra otros, sino un grupo de personas que miran todas las formas en que diferimos, e incluso dicen: ‘Elijo ser uno contigo’”. Esta es nuestra oración por la verdadera comunión, Señor.
Y para ello, haz de nosotros una iglesia más honesta, capaz de decir lo que queremos decir, y decirlo de manera adecuada. Por favor, crucifica toda pretensión, agenda oculta, agresividad pasiva, significados velados y todo atisbo de deshonestidad. Danos el valor para ser auténticos unos con otros. Y equilibra esa autenticidad con un amor atento. No hace falta que digamos todo lo que pensamos. Y tampoco tenemos que enfrentarnos a todos los que han pecado contra nosotros. Concédenos ese amor sufrido, que quiere lo mejor para nuestros semejantes. Un amor que soporta la incomodidad social, soporta las ofensas menores, espera los mejores resultados y muestra la gracia capacitadora de la paciencia del Espíritu Santo.
Cristo, cada pensamiento Tuyo nos anima. Tu gran amor nos consuela. Tenemos comunión con Tú Espíritu Santo. Has sido tan afectuoso y comprensivo con nosotros. ¿Cómo no vamos a hacer todo lo posible para tener la misma mentalidad? Abrazarnos unos a otros con el mismo amor, buscar hacerlo todo como parte del mismo equipo y con los mismos objetivos espirituales en mente.
Perdónanos, por cuando hemos pensado más en cómo nos han fallado los demás, en lugar de cómo les hemos fallado nosotros. Perdónanos, por ponernos de mal humor porque tenemos que servir de nuevo, en lugar de creer que es más bendito dar que recibir. Perdónanos por guardar rencor, ¡cómo podríamos hacerlo, si Tú nos has perdonado TODOS nuestros pecados! Perdónanos por ofendernos fácilmente, haz que sea nuestro gozo pasar por alto la ofensa. Señor, por favor, tráenos a mente todas las cosas que podrían obstaculizar nuestra comunión, y danos la gracia correspondiente. Todos aquellos obstáculos e interferencias que son propios de nuestra iglesia.
La mayoría de nosotros no vivimos cerca unos de otros. Algunos somos muy introvertidos. Otros quizá hayan tenido un comienzo difícil al conocer a otros miembros. Muchos de nosotros estamos cansados relacionalmente, muy conscientes del tipo de rotación que experimenta una iglesia urbana como la nuestra. Tal vez hay algunos aquí que simplemente están en algún tipo de funk espiritual extraño y solo están buscando alguna manera de ser ofendido o herido.
Señor, míranos. Nuestra iglesia. Los miembros de Grace Fellowship Church, y danos la gracia exacta que necesitamos. Gracia para superar nuestros pecados. Gracia para apartarnos del pecado y del egoísmo y hacer que nuestro objetivo sea “en amor servirnos los unos a los otros”. Haznos muy conscientes de nuestros miembros que están encerrados o providencialmente alejados de nosotros. Ayúdanos a conocer a los compañeros que son realmente diferentes de nosotros. Danos un ojo preocupado para vigilar a los miembros que están luchando, a la deriva o girando en malas direcciones. Ayúdanos a cumplir con nuestras responsabilidades mutuas.
Construye nuestra unidad y amor mutuo para que Tu oración de los unos a los otros, para que Tú oración real sea respondida con nosotros, “que lleguen a ser perfectamente uno, para que el mundo sepa que Tú me enviaste y que los amaste a ellos como me amaste a mí”. Porque, en verdad, Padre… Tú nos has amado como amaste a Tu hijo. Y las personas que han sido amadas así, viven de otra manera. Viven con el tipo de fortaleza interior y fuerza espiritual, no solo para amarse unos a otros, sino para amar… amar… a sus enemigos.
Oh Dios, llena nuestra iglesia con esa clase de amor. Amor verdadero. Exaltación de Cristo, poder del Espíritu, amor que glorifica a Dios. Nos unimos al bautista y decimos: “Nosotros debemos disminuir, Tú debes aumentar”. Revive el compañerismo en Grace Fellowship Church. Hazlo a través de Tu Palabra como es predicada hoy por Patrick. Hazlo en nuestro cuidado de los marginados y olvidados, como todos aquellos a los que pudimos servir en el Retiro Guidelight hace unas semanas. Haz eso por iglesias hermanas como, Fellowship Church Rouge Park en Scarborough. Y hazlo por nosotros. Lo decimos en serio, Señor.
Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para glorificarte de esta manera. Así que por favor, ayúdanos. Muéstranos dónde cambiar y qué hacer. Y por favor, Señor, glorifica Tu Nombre y Tu amor en nuestra pequeña iglesia. Te lo pedimos en el Nombre de Aquel que oró primero: Jesucristo. Amén.
Este artículo se publicó originalmente en Challies.