[dropcap]A[/dropcap]lgunas personas se casan demasiado pronto. Después de un amor a primera vista y un romance relámpago, rápidamente planifican una boda, intercambian anillos, y se instalan en un matrimonio que pronto se enrarece. Se puede evitar mucho dolor resolviendo asuntos antes del día de la boda. Si bien el cortejo y el noviazgo son, desde luego, el momento para planificar una boda, también es el tiempo para planificar un matrimonio. Aquí hay una lista, extraída de la obra de Jim Newheiser, de asuntos que resolver antes que te cases.

¿Están ambos enamorados del evangelio, y está este impactando sus vidas? Por supuesto, esta es la pregunta más fundamental de todas. ¿Eres cristiano(a)? ¿Y tu futuro cónyuge es cristiano? ¿Están ambos confesando sus pecados a Dios, y el uno al otro? ¿Están ambos entregando y recibiendo perdón? No te cases mientras no estés convencido de que él o ella es cristiano(a); no te cases mientras no estés convencido de que también tú eres creyente.

¿Respeta cada uno el carácter del otro? Ya que te has convencido de que tu futuro cónyuge es creyente, ¿eres capaz también de respetar su carácter? ¿Tiene esa persona el tipo de carácter que será una bendición para ti durante todo tu matrimonio? Este será un asunto de liderazgo y sumisión así como un asunto de paternidad, trabajo, temperamento, y mucho más. En suma, ¿manifiesta esta persona, un carácter cristiano maduro y en maduración?

¿Tienen objetivos de vida compatibles? ¿Tienen tú y tu futuro cónyuge objetivos similares para el futuro? ¿Están ambos comprometidos con las misiones en el extranjero, por ejemplo, o solo uno de ustedes? ¿Están ambos ansiosos por comenzar una familia, o solo uno? ¿Sabes cuántos hijos quiere tener cada uno, y cuándo les gustaría comenzar a tenerlos? ¿Qué tal el tipo y nivel de su compromiso con la iglesia local? No den por hecho que ambos tienen los mismos objetivos de vida, o siquiera similares. ¡Convérsenlo!

¿Cómo funcionan juntos en contextos de grupo? Si bien gran parte de la vida matrimonial se vivirá en relativo aislamiento, gran parte también se vivirá en comunidad. Por este motivo, es importante considerar cómo se comporta tu futuro cónyuge en público y cómo se comportan ambos juntos. ¿Cómo actúan ambos juntos en público? ¿Están conociendo gente y haciendo amigos? ¿Está uno de ustedes contento con estar solo y aislado? ¿Tu futuro cónyuge tiene amistades cercanas, o muchos de sus antiguos amigos se han aislado?

¿Han sido capaces de resolver el pasado? Es inusual que una pareja llegue al matrimonio sin una historia romántica y sexual (entre ellos mismos o con otras personas) y estos asuntos pueden ser muy difíciles de discutir y resolver. Pueden poner una enorme carga sobre un matrimonio joven. ¿Has hablado con tu futuro cónyuge acerca de su historia sexual con bastante detalle para conocer lo suficiente? ¿Has pedido y concedido perdón por cualquier historia sexual que hayan acumulado? Además, ¿es tu futuro cónyuge casto ahora, o está conforme con ver pornografía y masturbarse? Asegúrate de resolver asuntos de sexualidad.

¿Son capaces de ser honestos el uno con el otro acerca de pecados y faltas? Para el momento en que estén comprometidos, la etapa de «dejar la mejor impresión» durante el cortejo ha pasado, y ya conoces muchos de los defectos y debilidades de tu futura novia o novio. El estrés de la planificación del compromiso y el matrimonio sin duda garantizará que tengan un par de buenas peleas, las que les darán la oportunidad de ver si y cómo pueden resolverlas. ¿Es ella o él rápido para perdonar? ¿Rápido para pedir perdón? ¿Se aferra por mucho tiempo al pecado? ¿Está esa persona comenzando a ser como Cristo en perdonar a los que pecan contra él o ella?

¿Pueden amarse y aceptarse tal como son? Algunas personas llegan al matrimonio con la idea de que su cónyuge es un proyecto y que un poco de amor y cuidado será lo único que esa persona necesita para cambiar. Si bien eso puede ser cierto, los antiguos patrones se resisten a morir. Si bien por supuesto esperas que Dios continúe esa obra de gracia, el hecho es que tal vez no hay tanto cambio como quisieras. No esperes que un día tu cónyuge sea una persona totalmente distinta (y mejor).

¿Por qué quieren casarse? Las parejas no siempre buscan el matrimonio por las mejores razones. A veces las razones no son más profundas que la atracción física. A veces es un deseo desordenado de compañía. A veces es porque se sienten culpables por el involucramiento sexual. Sin importar el caso, las parejas deben tener claro por qué quieren casarse. ¡Asegúrate de priorizar el carácter piadoso sobre la apariencia, la amistad, y todo lo demás!

¿Cuáles son tus expectativas del matrimonio? Probablemente hayas oído decir que una mujer llega al matrimonio esperando que su esposo cambie, mientras que el hombre se casa esperando que su esposa nunca cambie. El hecho es que en cierta forma ambos cambiarán y en cierta forma probablemente no lo harán. ¿Estás preparado para aguantar en el largo plazo con tu futuro cónyuge tal como es ahora? ¿Estás dispuesto a soportar todo tipo de pruebas con esa persona a tu lado?

¿Qué tan bien se conocen el uno al otro y a sí mismos? ¿Te conoces a ti mismo? ¿Conoces a tu futuro cónyuge? Un poco de consejería y planificación prematrimonial puede ser provechoso. Antes de casarte, asegúrate de que tu pastor o una pareja piadosa mayor pase algún tiempo con ustedes, ya sea de manera formal o informal. Conversen sobre estos asuntos y cualquier otro que se les ocurra. Un poco de conocimiento puede resultar útil.

Estos 10 asuntos están tomados del libro Marriage, Divorce, and Remarriage, de Jim NewHeiser.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Challies.com.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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