Un amor de 93 millones de millas: aprendiendo a amar como iglesia

El amor cristiano trasciende fronteras, como el sol que irradia calor desde 93 millones de millas. ¿Cómo puede tu iglesia demostrar un amor que no se contenga?
Foto: Lightstock

Los cristianos están llamados a amar. Lo sabemos. Hemos sido amados por Dios, así que podemos amar también. Damos pruebas de nuestra salvación cuando dejamos de vivir centrados en nosotros mismos y empezamos a vivir centrados en los demás. Mostramos nuestro amor y aprecio por Dios en la forma en que expresamos nuestro amor hacia fuera para llegar a ser “celosos de buenas obras” (Tit 2:14). Estamos acostumbrados a pensar en esto como individuos, y sabemos que nuestras iglesias locales están destinadas a ser comunidades de personas que se aman unas a otras.

Vemos este modelo en el Nuevo Testamento, como cuando las iglesias de Macedonia pidieron por la oportunidad de ayudar a otra congregación necesitada: “Pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad” (2Co 8:2). Lo vemos en otra ocasión en una de esas mismas iglesias macedonias: la iglesia de Tesalónica. Cuando Pablo les escribe, les dice: “Pero en cuanto al amor fraternal, no tienen necesidad de que nadie les escriba, porque ustedes mismos han sido enseñados por Dios a amarse unos a otros. Porque en verdad lo practican con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero les instamos, hermanos, a que abunden en ello más y más” (1Ts 4:9-10, énfasis añadido).

Pablo parece estar diciendo algo así: “He estado en contacto con otras iglesias de su  región y me han hablado de su  generosidad. Ustedes les han extendido su amor. Se han asegurado de que sepan que la congregación de ustedes ama a la congregación de ellos”. El amor de cristiano a cristiano dentro de esa única congregación se había desbordado en amor hacia otras congregaciones. De hecho, Pablo puede calibrar la intensidad del amor de los creyentes de Tesalónica por las manifestaciones de su amor en ciudades de toda la región.

Damos pruebas de nuestra salvación cuando dejamos de vivir centrados en nosotros mismos y empezamos a vivir centrados en los demás. / Foto: Pexels

Es como el sol en un caluroso día de verano. Te paras afuera y sientes el calor del sol en tu cara y piensas algo como esto: “Si el sol es así de caliente aquí en la tierra, solo puedo imaginar lo caliente que es a 93 millones de millas de distancia, en su propia superficie”. Y Pablo está diciendo:  “Si su amor llega hasta Berea, Éfeso y otras iglesias de su región, solo puedo imaginar lo fuerte que es ese amor allí mismo, dentro su iglesia”. Tenían un amor de 93 millones de millas que irradiaba mucho más allá de ellos mismos.

Así que tal vez deberíamos pensar en cómo nuestras congregaciones pueden expresar amor a otras congregaciones. Puede ser apoyándolas económicamente, reservando algo de dinero para apoyar a una iglesia a la que le falta mucho presupuesto o a una iglesia que está intentando construir un nuevo edificio. Puede ser invitando a esas otras congregaciones a eventos compartidos o también a reuniones de oración destinadas a orar por toda la ciudad o la región. También puedes preguntar a esas otras iglesias cómo puedes orar por ellas en particular. Hay cientos de maneras en las que una congregación puede expresar su amor a otra.

A medida que las congregaciones amen a otras congregaciones, estaremos demostrando que el amor dentro de nuestras iglesias es demasiado fuerte para contenerlo, demasiado intenso para permanecer entre sus cuatro paredes. Al igual que la iglesia de Tesalónica, demostraremos que “[hemos] sido enseñados por Dios a [amarnos] unos a otros” y nuestro reto será “que [abundemos] en ello más y más”.


Publicado originalmente en Challies.

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.