El día cuando no luchemos más contra el pecado de la auto justificación, cuando no sea necesario ejercitarnos para perdonar a los demás, cuando cese todo conflicto entre las personas, cuando la cruz de Jesucristo brille con todo su esplendor en nuestro corazones y la justicia de Dios sea engrandecida en nuestras vidas, ese día, estaremos en el cielo. Mientras tanto, debemos aprender a vivir el evangelio aquí en la tierra. La vida centrada en el evangelio es un libro práctico y corto, pero valioso. Los autores se esforzaron por trasmitirnos cómo el evangelio viene a formar el núcleo de todo pensamiento que dirige la vida del cristiano en varios momentos de su existencia. Sobre todo, los autores engrandecen la santidad de Dios, establecen la pecaminosidad humana y magnifican la redención de Jesucristo. Por medio de estos puntos cardinales van desarrollando sus conceptos a lo largo de toda la obra. Además, aportan dibujos que esclarecen la perspectiva del lector y facilitan su lectura. Este pequeño libro va unido a una serie de tratados sobre el mismo tema. Cada uno de ellos nos explicará cómo injertar el evangelio en nuestras vidas, familias y trabajos. Poco a poco iremos reseñando cada uno de los mismos.
Un libro para estudio grupal
Los autores se propusieron ofrecer un material de estudio que sirva para dirigir un grupo pequeño de personas que se reúnen para escuchar la Palabra de Dios. Si algún ministro, misionero o plantador de iglesias necesita comenzar a trabajar sobre la centralidad del evangelio en su congregación, este material es ideal para ellos. En nuestra iglesia local, ¿tenemos familias nuevas que asisten a la reunión, pero no conocen al Señor? Este libro aborda en los primeros capítulos el tema de la santidad de Dios, el pecado, la suficiencia de la cruz y la conversión del pecador. ¿Tenemos hermanos que llevan tiempo en la congregación, pero aún no han madurado en su vida? Luego de enfocarse en temas doctrinales el libro ataca los puntos débiles de todos nosotros: la fe y el arrepentimiento como un estilo de vida, el perdonar a los demás, la resolución de conflictos y otros. Casi cada capítulo cuenta con:
- Un resumen del tema a tratar.
- Un artículo que explica el tema.
- Unos ejercicios grupales para reforzar el tema.
Tomando una lección por semana, dentro de 9 semanas habremos terminado el libro. Si logramos formar un grupo que asiste con humildad, sinceridad y trasparencia a la Palabra de Dios, el material será en extremo provechoso.
La importancia de un libro como este
Para muchas iglesias locales en toda América Latina este libro puede venir a ser un rayo puro de luz bíblica. Hoy en día estamos atravesando un gran despertar a las doctrinas de la gracia de Dios. Las iglesias hispanohablantes están siendo renovadas en su entendimiento de las Sagradas Escrituras. Creo que el trabajo que se está haciendo en todas las naciones es grandioso y estimulante. Pero no somos tan ingenuos como para pensar que el trabajo ya está terminado. Aún queda mucho por hacer, no sabría decir si más de la mitad. Pero lo que sí sé es que una obra así nos ayudará a encaminar nuestra iglesia local hacia una vida sana, bíblica, centrada en el evangelio. Trabajando con paciencia entre los grupos cerrados podremos propagar las verdades de Dios de persona a persona. Poco a poco la luz de la Verdad alumbrará más corazones, transformará más vidas y cambiará más destinos. El cristianismo moderno está bajo el efecto de una era secularizada. Un mundo post moderno, y si se quiere, ultramoderno. Al parecer, estamos atravesando la crisis resultante de creer en la deshumanización del ser humano. Hace más de cien años que la espiritualidad del hombre ha quedado enterrada bajo la filosofía materialista. Solo miremos a nuestro alrededor. El hombre o es una máquina sexual, una máquina laboral, una máquina científica o una máquina de hacer dinero. Pero solo es eso: una máquina. Y créanme, que los cristianos de esta generación también necesitamos un fuerte sacudón espiritual para recobrar el sentido de nuestro llamamiento celestial. No estamos exentos de los efectos corrosivos de nuestra época. Sobre todo, me parece que la crisis que atravesamos se trasluce específicamente en el desenfreno sexual de nuestra generación. La psiquis de las personas está dañada por los efectos producidos por la Revolución sexual comenzada en el siglo XX. Algunos están paranoicos, persiguiendo fantasmas sexuales por todos lados. Otros en verdad son abusadores que asechan sus víctimas desde las sombras. Además, los derechos humanos que ofrecen la sociedad secular son una burla para la conciencia moralmente entrenada, pues en realidad deshumanizan al hombre. Hoy se confunde la identidad sexual de una persona con la practica sexual que elige esa persona para su vida. El poder económico, político y social está a la merced del movimiento mundial que pretende imponer su propia agenda humanista en las naciones. Las familias son el centro de ataque constante por la sociedad secularizada, por eso tenemos que reforzar cada flanco. Ante tal panorama desalentador, ¿cómo podremos ser rescatados de un humanismo tan atroz? Con el puro e inigualable evangelio de Dios. El evangelio de Jesucristo es fuente prístina de verdad divina, regla de oro para la ética y moral humana, columna y baluarte para la conciencia del individuo. Es el evangelio lo que devuelve la humanidad al hombre, lo dignifica, porque pregona la doctrina de creatum ad imaginem Dei. El evangelio es la cura que la sociedad pide a gritos silenciosos, el remedio celestial para el individuo caído y carenciado. Estas Buenas Nuevas provienen del corazón de Dios, un corazón santo y amoroso. Por esa razón con Su justicia purifica lo corrompido y con Su amor rescata lo perdido. Este evangelio tiene poder de Dios para crear nuevas criaturas, es lo que produce el gran cambio, alineando la criatura con el Creador, con otras criaturas, con la creación y consigo misma. Este Mensaje de vida crea nuevas fuentes en los deseos humanos, transforma las raíces de la mentalidad y genera poder sobrenatural en la voluntad. Es a través de él que el individuo es justificado, obteniendo una nueva identidad en el Mesías y dirigiéndose hacia un nuevo destino eterno. Pero, por otro lado, también hay que decir algo sobre las iglesias locales. En Latino América aún sufrimos los efectos del legalismo y el libertinaje. Quien quiera negarlo es porque no ve el elefante dentro de la sala. Hay congregaciones tan liberales que, si uno se parase a predicar sobre la santidad de Dios, se le reirían en la cara. Llamarían al ministro «fanático», «extremista», etc. Hay otras congregaciones tan legalistas que, si uno proclamase frente a todos la libre gracia de Dios para con los pecadores, la gente lo tildaría de hereje o liberal. Pero la verdad, es que el evangelio nos cauteriza de ambos errores. El evangelio magnifica la santidad y justicia de Dios al mismo tiempo que encumbra el amor y la misericordia de Dios. Pues, no son polos opuestos. En fin, para escapar de la trampa que ofrecen estos pensamientos equivocados, tenemos que profundizar siempre en las riquezas de la gracia de Dios dadas a nosotros en Jesucristo. Es nuestro deber aprender a valorar la santidad de Dios, a confesar la depravación de nuestro pecado, a reconocer la eficacia de la obra redentora del Redentor y a manifestar la vida de Jesús en el poder del Espíritu Santo. Solo cuando la vida de cada miembro esté centrada en el evangelio, nuestras familias prosperarán en la gracia y nuestras iglesias se establecerán como columnas y baluartes de la Verdad ante un mundo enceguecido por el maligno. Puedes adquirir el libro en https://poiema.co/products/la-vida-centrada-en-el-evangelio