Podemos equivocarnos de dos manearas cuando hablamos de Satanás. O no tomamos su existencia y sus intenciones malignas con la suficiente seriedad, o le damos demasiado crédito. El diablo no puede implantar pensamientos en tu mente. La Biblia enseña que el diablo es un ser creado y que él tienta con sugerencias y argumentos. Por ejemplo, Mateo 4, de hecho lo que vemos allí es que Satanás es un enredo de las Escrituras. Satanás no es original. No escribe guiones, nunca ha escrito el libro. Él no sabe pintar nada. Tampoco sabe cómo crear nada. no puede crear nada, distorsiona la Palabra de Dios. Corre por ahí con una pintura en aerosol sobre la Mona Lisa. Así que la única manera de discernir la voz de Satanás es conocer mejor la voz de Dios. A menudo se dice que la gente que contrarresta la industria de la falsificación sostiene que la mejor manera de poder distinguir un billete falsificado es conocer realmente bien los verdaderos. Jesús dice «mis ovejas oyen mi voz y me siguen». Conocer realmente su voz, saber lo que su Palabra ha dicho, conocer las Escrituras, lo suficientemente bien como para saber lo que está diciendo en realidad, es lo más importante que podemos hacer aquí porque Satanás es un teólogo bastante bueno. Satanás también conoce la Biblia y tergiversa, las distorsiona. Tenemos que saber lo que dice la Escritura para poder discernir cuándo el diablo la está torciendo, pero también nosotros mismos la torcemos . No creo que sea muy fácil distinguir, no puedo en mi propia vida distinguir entre Satanás y mi carne. En cualquier caso, pienso que Satanás se está aprovechando de la debilidad de mi naturaleza pecaminosa, pero en última instancia es mi naturaleza pecaminosa la que le da alimento y me hace susceptible a su tentación y a su falsa enseñanza. En Efesios 6, Pablo nos dice que la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, es nuestra arma ofensiva aquí. El arma defensiva es la perfecta justicia de Cristo.
Lo que debemos hacer
Cuando Satanás viene a ti, y te tienta a pensar que realmente no tienes una experiencia de conversión genuina porque no has experimentado al Señor de la manera en que otras personas lo han hecho, o porque estás luchando con el mismo pecado una y otra vez, eso es en lo que Satanás se enfoca cuando viene con esas críticas. Incluso cita las Escrituras fuera de contexto. ¿Y entonces tú dices, «déjame tener una conversación contigo, Satanás, sobre mi experiencia cristiana? Es mucho mejor de lo que crees.» No, tú vístete de Cristo. No vayas a buscar tu justicia en una conversación con el acusador de los hermanos, vístete de la justicia de Cristo como una coraza y sus flechas no penetrarán; ponte el yelmo de la salvación, la obra objetiva de Cristo; Satanás no puede hacer nada al respecto. Jesús dijo: «Consumado es» desde la cruz, y así es. Satanás no puede deshacer eso. Toma la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios y el escudo de la fe, no apelando de nuevo a tus buenas obras, sino al escudo de la fe, la fe en Cristo. Así es como resistiremos el asalto del enemigo en nuestras vidas. La primera línea de esta guerra es la enseñanza falsa. Eso es en lo que Satanás realmente se especializa. “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios.” (1 Juan 4:1-3a) Adaptado de una respuesta dada en el Episodio 146 del programa de radio Core Christianity.