Hoy continúo esta nueva serie dominical titulada “Los puritanos”. Tengo una creciente fascinación por los escritos puritanos y decidí que podría ser valioso presentarles (¡y presentarme!) algunos de los escritores puritanos más importantes. Me centraré principalmente en hombres cuyas obras he leído en el pasado. Como no tengo la experiencia suficiente para presentar a estos hombres o sus obras, me apoyaré en expertos como Joel Beeke y J. I.Packer para que me guíen. Esta semana vamos a conocer a Matthew Henry.
Matthew Henry nació en 1662, el mismo año en que el Acta de Uniformidad prohibió a su padre, Phillip, y a otros 2.000 pastores (incluido Thomas Brooks) ejercer el ministerio oficial en la Iglesia de Inglaterra.
Henry fue criado por padres piadosos a la manera puritana (leyendo la Biblia a diario, orando, practicando el autoexamen, etc.) y siempre quiso ser pastor. Sin embargo, pensaba que había pocas posibilidades de llegar a serlo, y por eso decidió estudiar derecho y seguir sus estudios teológicos solo de forma secundaria. Al poco tiempo empezó a predicar también. Esto hizo que lo llamaran a servir como ministro local; a causa de esto fue ordenado como ministro presbiteriano y asumió el pastorado en la ciudad de Chester.
Ese mismo año, en 1687, se casó con Katherine Hardware. Lamentablemente, Katherine falleció solo dos años después durante un parto. Al año de la muerte de su esposa, Henry se casó con Mary Warburton. Juntos tuvieron un hijo, Philip, y ocho hijas, tres de las cuales murieron en la infancia.
Henry era un predicador popular que, por sus principios, nunca rechazaba una invitación si podía aceptarla. Además de servir en su propia iglesia, que crecía constantemente, asumía compromisos mensuales en otros cinco pueblos, así como visitas regulares para predicar a los presos.
Después de servir durante 25 años en Chester, en 1712 Henry aceptó una invitación para pastorear una iglesia en Hackney, una importante congregación cerca de Londres. Tan solo dos años después de esa transición, en mayo de 1714, se cayó del caballo mientras regresaba a su casa de una visita a Cheshire. Al día siguiente falleció, tenía 52 años.
Una contribución única
Matthew Henry es recordado hoy en día por su Comentario Bíblico. Comenzó a escribirlo en 1704, trabajando diligentemente hasta su muerte. En esos diez años completó y publicó volúmenes que abarcaban desde Génesis hasta Hechos. Después de su muerte, un grupo de trece ministros compiló las notas de sus predicaciones para completar el Comentario desde Romanos hasta Apocalipsis.
El Comentario fue, y sigue siendo, muy conocido por su capacidad de aplicar las Escrituras a la vida. “Nunca se ha superado el énfasis práctico que contiene. Sus divisiones, puntos principales y aplicaciones prácticas son invaluables”, señalan Beeke y Pederson en su libro Conoce a los puritanos. Por su lado, J. I. Packer sostiene:
Con un estilo sencillo y práctico, pero con un contenido muy profundo y bien informado, el Comentario bíblico sigue siendo un clásico, que está muy por encima de cualquier otra exposición popular producida antes o después. Puritan Portraits [Retratos Puritanos].
Es cierto que en ocasiones podemos evitar los comentarios más antiguos en favor de otros más modernos, pero perdemos mucho si nos olvidamos de Henry. Es un maestro de las ideas puntuales y de resumir secciones enteras de las Escrituras en uno o dos puntos de aplicación relevantes y que impactan el corazón.
Si vas a leer solo una de sus obras, asegúrate de consultar su comentario. No hay nada que se le pueda comparar.
Sus obras más importantes
- Comentario Bíblico de Matthew Henry
- A Method for Prayer [Un Método para la oración]
- The Pleasantness of a Religious Life [El deleite de la vida religiosa]
Este artículo se publicó originalmente en Challies.