A pesar de que solo hasta el presente ha mejorado la vida de sus predicadores y ha fracasado en hacer lo mismo en la vida de sus seguidores, la teología de la prosperidad continúa siendo de influencia en varias Iglesias en Brasil [y el mundo]. Una de las razones por las cuales los evangélicos tienen dificultades en percibir lo que está incorrecto en la teología de la prosperidad, es porque es muy diferente a todas las clásicas herejías, aquellas defendidas por “Mormones” y “Testigos de Jehová” sobre la persona de Cristo, por ejemplo. La teología de la prosperidad tiene un tipo de error teológico diferente. No niega directamente ninguna de las verdades fundamentales del cristianismo. Pero la pregunta de énfasis es: El problema de la teología de la prosperidad no es lo que dice, pero si es lo que no dice o deja de decir.
- Está en lo cierto cuando dice que Dios tiene placer en bendecir a sus hijos con bendiciones materiales; pero se equivoca cuando deja de decir que cualquier bendición que viene de Dios es solamente por gracia y no un derecho que nosotros tenemos el cual podemos exigirle a Dios.
- Está en lo cierto cuando dice que podemos pedir a Dios bendiciones materiales; pero se equivoca cuando deja de decir que Dios tiene el derecho de negarlas cuando es por nuestro bien, sin que esto sea una falta de fe o fidelidad por nuestra parte.
- Está en lo cierto cuando dice que debemos confesar y declarar en forma positiva que Dios es bueno, justo y poderoso para darnos todo lo que necesitamos; pero se equivoca cuando deja de decir que estas declaraciones positivas no tienen ningún poder en sí mismas para hacer que Dios nos bendiga materialmente.
- Está en lo cierto cuando dice que debemos dar el diezmo y/o las ofrendas; pero se equivoca cuando deja de decir que esto no obliga a Dios a devolvernos, o pagarnos de vuelta.
- Está en lo cierto cuando dice que Dios hace milagros y multiplica el aceite de la viuda; pero se equivoca al dejar de decir que no siempre Dios estará dispuesto a hacerlo, en su insondable sabiduría, a realizar milagros para atender nuestras necesidades, y que en la mayoría de las veces Él nos quiere bendecir materialmente a través de nuestro trabajo duro, honesto y constante.
- Está en lo cierto cuando identifica los poderes malignos y demoniacos detrás de la opresión humana, pero se equivoca cuando deja de identificar otros factores como la corrupción, la deshonestidad, las ganancias ilícitas, las mentiras e injusticias, cada una de las cuales se pueden combatir, no con la expulsión de demonios pero si con acciones concretas en el ámbito social, político y económico.
- Está en lo cierto cuando dice que Dios está acostumbrado a recompensar la fidelidad, pero se equivoca cuando deja de decir que a veces Dios permite que los fieles sufran mucho, aquí en este mundo.
- Está en lo cierto cuando dice que debemos pedir, orar y buscar prosperidad, pero se equivoca cuando deja de decir que un NO por parte de Dios en estas oraciones, no significa que Él está enojado o airado con nosotros.
- Está en lo cierto cuando cita textos de la Biblia que enseñan que Dios recompensa con bendiciones materiales a aquellos que lo aman, pero se equivoca cuando deja de mostrar otros pasajes el sufrimiento, pobreza, dolor, prisión y angustia de los siervos fieles de Dios.
- Está en lo cierto cuando destaca la importancia y el poder de la fe, pero se equivoca cuando deja de decir que el criterio final para que Dios responda estas oraciones de manera positiva no es la fe del hombre, sino la voluntad soberana de Dios.
- Está en lo cierto cuando nos anima a buscar una vida mejor, pero se equivoca cuando deja de decir que la pobreza no es una señal de infidelidad y tampoco la riqueza una señal de aprobación por parte de Dios.
- Está en lo cierto cuando nos anima a buscar de Dios, pero se equivoca cuando conduce a los creyentes a buscarlo en primer lugar por aquellas cosas que la Biblia enseña constantemente que son secundarias, pasajeras y provisorias como los bienes materiales y la salud.
La teología de la prosperidad, tiene una semejanza con la teología de la liberación y del movimiento de batalla espiritual, identifica un punto bíblicamente correcto, lo extrae del contexto mayor de la Escrituras y se utiliza como un lente para poder leer toda la revelación de las Escrituras, excluyendo o eliminando todos los pasajes que no encajan. Al final, lo que tenemos es una religión muy diferente al cristianismo Bíblico que difícilmente puede ser considerada como tal. Extraño aquella época donde el falso maestro era quien tocaba la puerta de nuestra casa para ofrecer un ejemplar del libro del mormón, o de la Torre del Vigía [Atalaya].