La Apuesta de Pascal

¿Has escuchado la apuesta de Pascal? Aquí te explicamos por qué la misma no puede ser tomada como base para creer en la existencia de Dios.
|
|

Al escuchar debates entre creyentes y no-creyentes, es usual oír argumentos que se repiten a lo largo de los años. Aunque no soy de aquellos que se obstinan en  presentar innumerables evidencias de la existencia de Dios delante de los ateos, ya que creo fielmente que no las entenderán en su naturaleza de pecado, sí creo que existen algunos buenos argumentos que valen la pena comentar y explicar.

Uno de estos argumentos fue dado por el filósofo católico, matemático, físico, y escritor francés Blaise Pascal durante el siglo XVII. De niño, fue un prodigio educado por su padre y al crecer, fue desarrollando sus conocimientos en las ciencias y las matemáticas. Su aporte a las matemáticas lo podemos ver en el “Triángulo de Pascal”, entre otros  aportes. Dentro de sus inventos en la física podemos ver la “Prensa Hidráulica” y la “Jeringa”. Pascal es otro ejemplo de que creer o no en la existencia de Dios no depende de la inteligencia o estupidez de la persona, sino de Dios mismo.

Sus aportes en el ámbito de la religión y la filosofía fueron varios, y aunque no comparto muchas de sus doctrinas bíblicas, uno de sus aportes conocido como “La Apuesta de Pascal” tiene un peso para todos los hombres. La apuesta dice así:

“Usted tiene dos cosas que perder: la verdad y el bien, y dos cosas que comprometer: su razón y su voluntad, su conocimiento y su bienaventuranza; y su naturaleza posee dos cosas de las que debe huir: el error y la miseria. Su razón no está más dañada, eligiendo la una o la otra, puesto que es necesario elegir. He aquí un punto vacío. ¿Pero su bienaventuranza? Vamos a pesar la ganancia y la pérdida, eligiendo cruz (de cara o cruz) para el hecho de que Dios existe. Estimemos estos dos casos: si usted gana, usted gana todo; si usted pierde, usted no pierde nada. Apueste usted que Él existe, sin titubear”.

Aunque Pascal nunca mencionó el infierno, podemos representar esta apuesta con el siguiente cuadro:

pascal

      (No creo en el limbo o el purgatorio. El cuadro fue obtenido de un recurso en línea)  

Primero, deseo explicar algo que posee la apuesta en lo que no estoy de acuerdo para luego pasar a explicar la apuesta misma y algunas objeciones que surgen de parte de los ateos.

NO estoy de acuerdo en el hecho de que la existencia de Dios está basada en el azar. Entiendo que la existencia de Dios es una necesidad, no una probabilidad. Sin Dios, no sería posible conocer, ni tampoco sería posible la existencia. Todo conocimiento proviene de Dios y de Cristo: Proverbios 1:7 (la palabra allí “sabiduría” es “conocimiento”), Colosenses 2:2-3, Juan 1:3.

Ahora, ¿qué quiere decir Pascal? Básicamente, nos dice que existen dos  pruebas para la fe: la empírica y la existencial (o experiencia personal). El ateo no puede explicar la empírica totalmente y aunque el cristiano la puede explicar, supongamos que no, y nos quedamos con la existencial o la experiencia personal. Al negar la existencia de Dios, el ateo se queda solo con la opción de la búsqueda de la felicidad y el propósito, dígase: alcanzar la plenitud por sus propios medios. Si esa es la única prueba, sea que Dios exista o no, el cristiano cumple la prueba existencial porque encuentra que su relación con Jesús es satisfactoria, así como el ateo puede encontrar su felicidad en no creer en Dios (aunque no sea real). Pero al final, el cristiano nunca pierde la apuesta porque, sea cierto o no, cumple con la prueba empírica que Dios demanda y da, y con la prueba existencial que es la única a la que el ateo puede dar cuentas.

Algunas objeciones surgen de este argumento:

  • La primera objeción es que Pascal parece asumir que creer en Dios no cuesta nada sino que trae beneficios inmensos, cuando creer en Dios trae un costo de “dinero, tiempo, aprendizaje”:

 

Primero que todo, el uso del dinero, sabia y bíblicamente, dentro del cristianismo, no es considerado un “gasto” sino una “inversión”. Segundo, desde la perspectiva bíblica, aquel que estudia a Dios y de Dios no pierde su tiempo, mientras que aquellos que lo mal utilizan para blasfemar en contra de Él y gastarlo en placeres pecaminosos, sí. Y por último, me sorprende ver “aprendizaje” ya que muchos alegan que la religión cristiana nos llama a ser “estúpidos y a no estudiar”.

  • Otra objeción es que la apuesta supone que “creer” en Dios será suficiente para la salvación:

 

Ciertamente puede verse así, y es por esto que puedo diferir en la manera de planteamiento con Pascal, aunque podemos suponer que Pascal entendía el “creer” en Dios como algo más allá que simplemente decir “creo”. Esto lo podemos suponer porque es la misma Biblia que nos dice que “los demonios creen en Dios y tiemblan”. Así que, el verdadero “creer” incluye aceptar a Cristo como nuestro Salvador, lo cual nos llevará a cumplir su Palabra y vivir de acuerdo a sus mandamientos.

El “creer” del cual la Biblia nos habla es un creer de arrepentimiento y fe, de amor a Dios y por lo tanto a hacer sus mandamientos.

Otros nos preguntan qué haríamos si en realidad no es un Dios que existe sino una pluralidad de dioses. La respuesta a esto a simple: Defendemos la existencia del Dios de la Biblia, el Creador del universo, el cual es el único que puede existir ya que sin Él, no sería posible conocer ni seríamos creados.

La Apuesta de Pascal no es suficiente. Por más evidencias que traigamos delante de las personas, poseemos presuposiciones diferentes. Solo el Evangelio es capaz de mostrarle a una persona la ceguera espiritual en la que se encuentra, y ser luz en medio de la oscuridad.

Al final, la existencia de Dios no está sujeta —ni nunca lo estará—, a los hombres. Dios sigue siendo Dios, Él no está sujeto a la cantidad de personas que crean en Él o no. Es por esto que la apuesta de Pascal no es suficiente. Sólo creerán a través del Evangelio y la Palabra de Dios.

Abraham Paniagua

Es originario de República Dominicana. Licenciado en teología, y con una maestría del Southeastern Baptist Theological Seminary (SEBTS) donde actualmente cursa sus estudios doctorales. Esposo de Lía.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.