“El feminismo llegó para quedarse” (56) es una de las afirmaciones que Karla de Fernández, hace en su libro Femenina, no feminista, publicado por la Editorial Bautista Independiente (EBI), y una que, sin lugar a duda, puede provocar preocupación y angustia. Sin embargo, este libro es un oasis de esperanza en medio de una sociedad que se aleja de la verdad y se consume añadiendo cada día más leña al fuego, incrementando el dolor y el sufrimiento de millones de mujeres alrededor del mundo. Mujeres que han caído presas del feminismo y de todas las consecuencias que esta ideología promueve.
Un feminismo que ha penetrado las paredes de la iglesia y de los hogares y que se conoce como “feminismo silencioso” (44). Algo tan sutil que puede pasar desapercibido. Así que, Karla se ha dado a la labor de ayudarnos a entender de una manera muy sencilla, qué es el feminismo, cuándo nació y por qué es importante que conozcamos su historia y lo que demanda (45). Y lo hace explicando, entre otras muchas cosas, el problema que hay detrás de una de las frases más celebradas y pronunciadas por las feministas: “Mi cuerpo, mi decisión” (47).

Sé que el título de este libro puede generar emociones negativas o positivas, dependiendo de qué lado de la balanza te encuentras. Sin embargo, te invito a leerlo para que puedas ver que todo lo que Karla comparte aquí está basado en la Palabra de Dios.
Ella escribe desde el corazón de una mujer que cuando era niña disfrutaba jugar canicas, patear balones y vestirse con jeans gastados para jugar con espadas y derrotar a monstruos imaginarios, sin dudar nunca de su verdadera identidad o género (25).
Sin embargo, el mundo en el que Karla creció no es el mismo de hoy, mucho ha cambiado en las últimas décadas y tal vez si Karla hubiera nacido bajo las condiciones actuales, la historia de su vida podría haber sido muy distinta, y no tendríamos este maravilloso libro en nuestras manos, apuntándonos a la verdad del evangelio y a la manera como Dios diseñó al hombre y a la mujer para Su gloria.

Karla comparte historias de personas que entendieron su identidad y que descubrieron que “la biología no se rige por los sentimientos” (72) ni por las apariencias.
En este libro, Karla de Fernández nos ayuda a responder preguntas como: ¿cuál es nuestra misión como mujeres, madres en cuanto a las niñas que Dios ha puesto en nuestro camino? ¿Cómo podemos ayudarlas a entender la feminidad bíblica? ¿Cómo luce el discipulado en el hogar? ¿Cómo la iglesia puede ayudarnos?
Si hay algo que enfatiza Karla y que llamó mi atención, es la importancia de actuar con “sabiduría, ternura, amor y paciencia” al momento de guiar a quienes tienen gustos o preferencias diferentes a los de su género. Para que, en lugar de afirmar, podamos mostrarles que es posible tener gustos distintos pero que esos gustos o su apariencia exterior no los define.

Karla nos recuerda que necesitamos el evangelio para vivir nuestra feminidad como Dios quiere, a la luz del propósito y el valor que se nos da al tener nuestra identidad en Cristo.
Y sin lugar a duda, mis capítulos favoritos fueron justamente aquellos donde Karla toca el tema de la identidad, esa que nos ha sido dada no por lo que hacemos, sino por quienes somos: mujeres creadas a imagen y semejanza de Dios. Este es un libro profundo que no se queda solo en la superficie, penetra en la necesidad de conocer nuestra identidad, de vernos como Dios nos ve.
Femenina, no feminista, es un libro que no solo habla de la feminidad bíblica o del feminismo, va más allá y toca las fibras del corazón, recordándonos la necesidad que tenemos de descansar y confiar en Dios.
Karla nos anima, desafía nuestra fe y nos recuerda que nuestro valor no está determinado por lo que la sociedad dice o por los estándares del mundo, sino por la realidad inescrutable de que “todos tenemos el mismo valor y dignidad como creación de Dios” (65).

Este libro nos ayuda a ver la feminidad desde una perspectiva bíblica, en un capítulo maravilloso, donde Karla habla acerca de la mujer de proverbios 31 como un ejemplo para cada hija de Dios. Un capítulo práctico y útil que ministró a mi corazón mientras lo leía. En lugar de salir desanimada viendo todo lo que me falta para poder ser como ella, me animó a buscar la ayuda de Dios para poder imitarla, ya que “su feminidad nos apunta al evangelio y al carácter de Cristo” (183).
Así, en la cotidianidad de nuestros días, podremos mostrar en nuestros hogares y fuera de las cuatro paredes de nuestras casas que, aunque no todas las mujeres lucimos iguales, en “Dios sí encontramos un diseño que nos guía y orienta a mostrar la feminidad que nos diferencia de los hombres” (70).
Karla nos hace un llamado a hablar las verdades de la Palabra de Dios a nuestros hijos, ya que sus valiosas almas están siendo amenazadas por las mentiras que la cultura y las ideologías que imperan en este mundo, les hablan cada día a través de las redes sociales, el internet, la televisión, etc.
Un libro que debería estar en la biblioteca de cada mujer que anhela vivir conforme a la Palabra de Dios en su rol de esposa, madre, hija, hermana, amiga, etc., pero, sobre todo, de una hija de Dios que hace visible a Cristo por medio de su vida. Estoy segura de que este libro escrito con tanto amor y gracia te ayudará a guiar a las niñas que te rodean para que puedan ser más como Cristo y ser mujeres que “reflejen su carácter y lo sigan en cada etapa y en cada época de sus vidas” (192).
Puedes adquirir el libro aquí.