El Sermón de Joel Osteen que cambió la vida de Oprah

[dropcap]L[/dropcap]legamos a la última entrega de una serie de videos que he disfrutado mucho en producir: la Serie Grandes Sermones. En este último video iremos en una dirección distinta, mirando un sermón no tan grandioso. «El poder de Yo Soy» puede ser el sermón más popular en YouTube, pero también debe ser el peor. https://youtu.be/m1izDDROWlI (Subtítulos) Tim: En esta serie de videos, hemos estado explorando grandes sermones que han causado un extenso impacto y se han quedado un largo tiempo. Son sermones que alimentan el alma y remecen las emociones. Sermones que nos dejan sin aliento. Sermones que cambian la vida y quedan para siempre en la memoria. Esta es una advertencia para el sermón de hoy: si amas la Palabra de Dios y atesoras el evangelio de Jesucristo, te garantizo que este va a provocar algún tipo de emoción. Puede que comience a faltarte el aliento por el horror y el impacto. Y si lo ves hasta el final, definitivamente se va a consumir en tu mente. Joel: Cuando te levantas en la mañana y te miras al espejo, en lugar de quejarte, deberías decir: «Yo soy una creación admirable, soy atractivo(a), estoy rejuveneciendo». Si hablas así, Dios renovará tu juventud. Tim: En este sermón tomamos un enfoque distinto. Veremos el sermón número uno en YouTube. Tiene más de tres millones de visitas. Es un sermón que Oprah Winfrey compartió en su canal de YouTube después de decir que este había cambiado su forma de ver su vida. Y veremos por qué, pese a todos los elogios, es realmente terrible. ¿Qué hace de «El poder de Yo Soy» de Joel Osteen un sermón como un basurero en llamas? Miremos de más cerca. El sermón de Osteen comienza con una nota positiva. Le pide a la congregación que sostengan la Biblia y dicen juntos una promesa. Joel: Sostengan sus Biblias, díganlo sinceramente. Esta es mi Biblia, yo soy lo que ella dice que soy, tengo lo que ella dice que tengo, puedo hacer lo que ella dice que puedo hacer. Hoy se me enseñará la Palabra de Dios. Confieso decididamente, mi mente está alerta, mi corazón receptivo; jamás seré el mismo. En el nombre de Jesús. Dios les bendiga. Tim: Miles de oyentes dicen juntos, «hoy se me enseñará la Palabra de Dios». Lamentablemente, en los siguientes 28 minutos, eso no podría estar más lejos de la verdad. Osteen ignora la Biblia. No tiene un texto central para el sermón y solo la cita al azar. La usa inapropiadamente. Arruina algunas de sus historias, como cuando dice que la promesa de Dios a Abraham solo se cumplió cuando su esposa Sara elevó su autoestima y cambió sus «yo soy». Él ignora la Biblia, la usa mal, pero con toda seguridad no enseña la Biblia. Este ruinoso sermoncito está tan atiborrado de problemas que podríamos estar todo el día. Pero lo reduciremos a tres razones por las que este sermón es malísimo. Primero, se distorsiona el evangelio de Jesucristo. Entiendo que no es una pequeña acusación decir que Osteen está distorsionando el evangelio. Después de todo, el apóstol Pablo en Gálatas 1:9 insiste en que los que predican un evangelio distinto están bajo la maldición de Dios. Así que dejemos claro qué es el evangelio. El evangelio de Jesucristo es que, primero, el gran problema de la humanidad es que en nuestro pecado contra Dios estamos separados de él y estamos bajo su ira. Y segundo, que la solución es que creamos en Jesucristo, quien vivió una vida justa y pagó todo el castigo de los pecados de su pueblo en su lugar. Eso es el evangelio. Así que, ¿qué enseña Osteen? Escucha su punto central. Joel: Este es el principio: lo que sigue al «yo soy», siempre vendrá por ti. Si dices «yo soy tan torpe», la torpeza viene por ti. «Yo soy tan viejo», las arrugas vienen por ti. «Yo soy tan gordo», las calorías vienen por ti. Es como si las invitaras. A todo lo que digas después de «yo soy», le estas haciendo una invitación, abriendo la puerta, dándole permiso para que esté en tu vida. Tim: En vez de que el problema fundamental de la humanidad sea nuestro pecado, Osteen enseña que nuestro problema fundamental es la autoestima. No pensamos algo bastante elevado de nosotros, no nos vemos como todo lo grandes que realmente somos. Así que, ¿cuál es la solución para este tipo de problema de autoestima? Bueno, él nos guía encantado. Joel: Levántate en la mañana e invita cosas buenas a tu vida. Yo soy bendito, soy fuerte, soy talentoso, soy disciplinado, soy enfocado, soy próspero. Cuando hablas así, Dios Todopoderoso convoca el talento: «Ve y encuentra a esa persona». Salud, fuerza, abundancia, disciplina salen en dirección a ti. Tim: En vez de que la solución del hombre sea la fe en Jesucristo, Osteen tiene otras ideas. Debemos mirarnos al espejo y ver allí nuestra maravilla. Entonces seremos maravillosos. Para Osteen, la solución está dentro de nosotros, no fuera. La solución está en nuestra mente y no en nuestro Dios. No necesitamos a un Dios asombroso para la salvación, solo debemos recordar que nosotros somos asombrosos. Según Osteen, el problema central de la humanidad es uno de autoestima, y la solución es elevar nuestra autoestima, creer en nosotros, cambiar nuestros «yo soy». Él cree que las palabras tienen poder para cambiar la realidad. Así que debemos decir las palabras correctas y luego creer esas palabras y ver cómo el mundo se adecua a esas palabras. Es por ello que debemos seguir diciendo «yo soy joven, yo soy bello, yo soy rico». Lo que creemos lo decimos, y lo que decimos lo creamos. Este no es el evangelio de Jesucristo. Ni siquiera es cristianismo. Es solo una nueva variante de la ley de atracción mezclada con parte del poder del pensamiento positivo y una fuerte dosis de teología de la prosperidad. Esto vuelve esencialmente irrelevante las buenas nuevas de Jesucristo, pues la humanidad ni siquiera necesita salvación. Tenemos todo lo que necesitamos en nosotros mismos para florecer en esta vida y en la venidera. La segunda razón por la que el sermón es malísimo es que se invierte el carácter de Jesucristo. Osteen no solo dista de mostrar y proclamar el verdadero carácter de Jesús, sino que de hecho le da un giro, de modo que enseña todo lo contrario de lo que enseñó Jesucristo. Joel: Pero cuánta gente, cuando despierta en la mañana, se miran al espejo y lo primero que dicen es: «Yo soy tan viejo, estoy tan arrugado, estoy tan decaído». Estás invitando la vejez, estás invitando la fatiga. Haznos un favor, no invites eso. Cuando te levantes, mírate al espejo, en vez de quejarte, deberías decir: «Yo soy una creación admirable, soy atractivo(a), estoy rejuveneciendo». Si hablas así, Dios renovará tu juventud. Tim: Imaginemos un momento que nuestras palabras realmente crean nuestra realidad. Yo pregunto, ¿qué clase de realidad querría crear un verdadero cristiano? ¿No querría crear una realidad donde muestre un carácter cristiano, donde muestre madurez cristiana? Pero ¿cuántas veces Osteen anima a su gente a declarar «yo soy santo, soy piadoso, soy humilde, soy generoso»? Nunca. Porque solo le preocupa lo superficial. Constantemente le dice a la congregación, especialmente a las mujeres, que digan «yo soy bella, soy atractiva, soy joven, soy próspera», para que comiencen a lucir bellas, atractivas, jóvenes, y sean prósperas. La realidad que quiere que traigan a la existencia es muy superficial. No puede concordar, por ejemplo, con 1 Samuel 16:7: «La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón». O qué tal la profecía acerca de Jesús en Isaías 53:2: «No había en él —en Jesús— belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo». Lo que a Dios realmente le importa no es la apariencia sino el carácter. Para otro ejemplo, mira cómo le dice Osteen a su gente que enfrenten la debilidad. Joel: Por eso hay fuerzas que constantemente tratan de hacernos sentir intimidados, inferiores, ineptos. Y si vas a cumplir tu destino, tienes que deshacerte de las voces negativas, de los pensamientos que te dicen «yo soy incapaz, soy inepto». No, no invites la debilidad. Tim: Osteen insiste en que no deberíamos aceptar ninguna clase de debilidad. Más bien deberíamos recordarnos que somos fuertes, capaces, competentes. ¿Pero cómo concuerda esto con Romanos 5:6 (RVC): «Porque a su debido tiempo, cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los pecadores»? Cristo murió por los débiles, no por los fuertes. ¿Le gustarían a Osteen las palabras de Pablo en 2 Corintios 12:9? «Pero él me dijo —Cristo me dijo—: “Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad”». Pablo dice: «Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo». En vez de exhortar a su gente a propósitos santos como el carácter interior, la piedad y la humilde dependencia, Osteen solo apela a sus necesidades de belleza exterior y autosuficiencia. Él invierte el carácter de Jesús. Llama a la gente a la mundanalidad y la aleja de la semejanza de Cristo. Quizá estoy siendo injusto. ¿Por qué criticar a un hombre que dice que ama a Jesús? ¿No debería el amor llevarme a suponer lo mejor de él y darle el beneficio de la duda? ¿No estamos todos en el mismo equipo de Jesús? Bien, hagamos eso. Démosle a Joel Osteen el beneficio de la duda. Para estar seguros de ser justos, volvamos al Sermón, y veremos todos los momentos donde Osteen habla de Jesús. Eso es imposible. Entre la promesa sobre la Biblia al comienzo del sermón, y la oración del pecador al final, Osteen menciona a Jesús la gran suma de cero veces. ¿Ves lo que está haciendo? Le dice a su iglesia cómo vivir sin mencionar ninguna vez al hombre más grandioso que ha vivido, el que nos muestra cómo vivir. Y esta es la tercera razón por la que el sermón no es grande. Falta el nombre de Jesucristo. Esto es asombroso. Pero cuando uno piensa en el contenido del sermón, en realidad tiene sentido. ¿Cómo se puede mencionar el nombre de Jesús, quien se hizo pobre por causa nuestra, si uno está obsesionado con hacerse rico en el nombre de Dios? ¿Cómo se puede mencionar el nombre de Jesús, quien sufrió una muerte vergonzosa, horrible y sangrienta, cuando se habla de reclamar la promesa de perfecta salud? ¿Cómo se puede mencionar el nombre de Jesús, quien vino a salvar a los pecadores, cuando se le dice a la gente que son asombrosos, que son increíbles? Mira, el nombre de Jesús no se menciona porque este sermón es contrario a todo aquello por lo que Jesucristo vivió, murió y resucitó. Él no podía mencionar el nombre de Jesús porque el solo hecho de mencionarlo le habría causado vergüenza a este falso evangelio que promovía. A pesar del conteo en YouTube, este no es un gran mensaje cristiano. De hecho, no tiene nada realmente cristiano. No es un mensaje cristiano porque no predica a Cristo, quien es el mensaje del cristianismo. Y no es grande porque no proclama la grandeza de Dios. Lo que es peor, presenta la salud, la riqueza y la prosperidad egocéntrica como algo mucho más grande que Dios. Así que, cristiano, quiero rogarte que antes que escuches al más reciente orador popular, pienses en la verdad que estás recibiendo. ¿Te incentiva a la mundanalidad o a la piedad? ¿Exalta al hombre o a Dios? ¿Concuerda con la verdad de la Escritura? Como les dijo Pablo a los romanos, aborrezcan lo malo, aférrense a lo bueno. Y predicadores cristianos, les ruego, prediquen el evangelio de Jesucristo con toda su bondad, con todo su poder. Hablen del estado pecaminoso del ser humano, del amor de Dios por nosotros al enviar a su Hijo. Hablen de la perfecta vida y obediencia de Jesús, de su pago total  por nuestro pecado en la cruz. Hablen de su resurrección que desafió a la muerte y de la salvación que ofrece a los que se arrepienten de sus pecados y creen en su nombre. Díganle a la gente que Dios mismo es el mayor premio del evangelio y, por favor, proclamen el nombre de Jesús. Su nombre es digno de toda gloria, honor y alabanza. Y por cierto su nombre es digno de ser incluido en cada uno de sus sermones.  

Tim Challies

Tim Challies es uno de los blogueros cristianos más leídos en los Estados Unidos y cuyo BLOG ( challies.com ) ha publicado contenido de sana doctrina por más de 7000 días consecutivos. Tim es esposo de Aileen, padre de dos niñas adolescentes y un hijo que espera en el cielo. Adora y sirve como pastor en la Iglesia Grace Fellowship en Toronto, Ontario, donde principalmente trabaja con mentoría y discipulado.

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