
La transformación de la cultura no es el evangelio
Transformar la cultura es valioso, pero no es el corazón del evangelio. La buena noticia sigue siendo que, por la cruz, Dios redime pecadores.
Transformar la cultura es valioso, pero no es el corazón del evangelio. La buena noticia sigue siendo que, por la cruz, Dios redime pecadores.
Ser pacificador no es evitar el conflicto, sino reflejar el carácter de Cristo en un mundo enemistado con Dios y en urgente necesidad del evangelio.
En un tiempo de fe superficial, la Biblia nos confronta a volver a un elemento esencial para el nuevo nacimiento en Cristo: el arrepentimiento.
La palabra de Dios no es solo poderosa: es intencional, creadora, organizadora y sustentadora. Donde Su palabra se predica, ahí está Dios.
Cada catástrofe, enfermedad o muerte no solo revela la corrupción de la creación, sino también el amor de un Dios que promete restaurarlo todo.
Sin la obra del Espíritu, el estudio es vano. Todo conocimiento verdadero comienza con dependencia de Dios.
En la Pascua, Israel murió simbólicamente en el cordero para ser liberado de Egipto. En Cristo, el verdadero Cordero, morimos al pecado y renacemos como
William Law nos recuerda que renunciar al sueño para buscar a Dios temprano prepara el alma para la batalla espiritual diaria.
El cristianismo no es una caminata tranquila: es una lucha constante contra el mundo, la carne y el diablo. Estas son 7 artimañas que Satanás
Jesús fue humillado, fiel, y murió en nuestro lugar. Pero resucitó, justificó a los pecadores y venció al pecado.
Los primeros cristianos, que eran judíos monoteístas, adoraron a Jesús como Dios. La narrativa bíblica no deja espacio para dudas.
Los mandamientos de Dios nos muestran lo que significa ser verdaderamente humanos. Sus promesas nos enseñan a vivir con esperanza firme.