La palabra “iglesia” significa muchas cosas para muchas personas. Dependiendo de sus antecedentes, la “iglesia” puede cobrar gran importancia como institución o como estructura de jerarquías. Otros pueden pensar en la iglesia como un grupo de personas. Pero, cuando los cristianos hablan de la “vida de la iglesia”, ¿qué describen?
Para tener una idea de lo que es la iglesia y lo que hace, hay pocos lugares mejores para buscar que el Libro de los Hechos.
Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. Sobrevino temor a toda persona… (Hch 2:42-43).
En este breve pasaje se revelan verdades eternas sobre la esencia de la iglesia. En concreto, se describe a la iglesia primitiva como dedicada a cuatro cosas.
1. La enseñanza de los apóstoles
Primero, la iglesia cristiana primitiva se comprometió con la enseñanza de los apóstoles. El gran ministro británico John Stott compara este compromiso con la apertura de “una escuela en Jerusalén”, donde el pueblo de Dios sería instruido por los apóstoles que el propio Jesús había comisionado. Para nosotros hoy, la enseñanza de los apóstoles se conserva fielmente en el Nuevo Testamento. En pocas palabras, la iglesia se sometió a las Escrituras.
Desde el principio, la iglesia cristiana se ha definido por su compromiso con las enseñanzas de la Biblia como su autoridad final.
2. La comunión
Segundo, la iglesia primitiva se describe como un lugar comprometido con “la comunión”, es decir, la reunión de los creyentes cristianos. Esto se amplía a lo largo del resto de Hechos. Los miembros de la iglesia pasaban tiempo juntos. Compartían las comidas, iban juntos al templo e incluso se daban dinero entre ellos para que ninguno de sus miembros pasara necesidad (Hch 2:45-46).
En combinación con las enseñanzas de las Escrituras, los miembros de la iglesia se dedicaban a pasar tiempo juntos de manera constante.
3. El partimiento del pan
Tercero, la iglesia se dedica a partir el pan. Esto hace referencia a la Cena del Señor, también llamada Comunión. En la Cena del Señor, la iglesia toma pan y vino como signo y sello del sacrificio de Jesús. El propósito de esta cena es recordar al cristiano la obra salvífica de Jesús en la cruz y, por la fe, saborear los beneficios de Su gracia.
Cuando Jesús instituye esta práctica, instruye a Sus discípulos a tomar el pan y el vino “en memoria de Mí” (Lc 22:19). Así que, después de la ascensión de Jesús, no es de extrañar que la iglesia primitiva se comprometa a tomar regularmente la Cena del Señor cuando se reúnen. En esencia, esta cena es un acto de adoración suprema. Es un momento para que la iglesia recuerde y se acerque a su Salvador.
4. Las oraciones
Cuarto, la iglesia cristiana primitiva se entregaba a “las oraciones”. Esto describe casi con certeza los momentos de oración tanto privados como colectivos. Cuando estaban juntos, oraban. Cuando estaban solos, oraban. La iglesia primitiva entendía que la oración no es una parte prescindible de la vida cristiana. En cambio, abrazaron la práctica de la oración como un pilar de su vida eclesiástica.
La devoción es esencial
Hay que hacer una última observación. La palabra clave que fundamenta todo este pasaje es “dedicado”. La iglesia es un lugar de profundo compromiso. La enseñanza de las Escrituras, la comunión de los creyentes, la recepción de la comunión y la oración se realizan con un corazón de ardiente devoción. Estos pilares no solo se observan, sino que se aprecian.
Estas prácticas son una cuestión de profundo compromiso con Dios y con los demás. No son tradiciones ni creencias poco sólidas. Esta palabra ayuda a dejar claro que estas prácticas no son complementarias o incidentales a la iglesia. Estos pilares ayudan a formar la base misma de la comunidad eclesial, y por lo tanto debemos tomarlos en serio en nuestros días.
Ordinario y hermoso
La iglesia cristiana es hermosa, y las Escrituras nos ayudan a comprender fácilmente en qué consiste la vida de la iglesia. La pregunta “¿Qué hace la iglesia?” tiene una respuesta bíblica sencilla. En el nivel más básico, la iglesia estudia las Escrituras, pasa tiempo con los demás, participa en la Cena del Señor y ora regularmente.
Estos pilares de la iglesia son simples y transformadores. En un mundo que ama la transformación llamativa y los fenómenos espectaculares, esta comprensión bíblica de la iglesia ofrece algo más profundo.
Hechos registra que, a medida que la iglesia se adentraba en estas prácticas cotidianas normales, “sobrevino temor a toda persona…”. La brillantez del diseño de Dios es que las cosas ordinarias como las Escrituras, el compañerismo, la comunión y el orar tienen el poder de inspirar asombro ante el rostro de Dios y, por lo tanto, transformar completamente el alma de una persona.
Cuando nos aferramos a una visión bíblica de lo que hace la iglesia, descubriremos que estas prácticas son un medio para un fin mayor, es decir, una relación transformadora con Dios. El Creador del universo ha decretado que se le conozca en el contexto de estas formas sencillas pero extraordinarias. Así que, cuando la iglesia se dedica a ellas, se dedica a Cristo.
Publicado originalmente en Core Christianity.