Querido Timoteo: un libro de abundante sabiduría ministerial para el pastor joven

A través de 20 cartas, pastores experimentados abordan los desafíos y gozos del ministerio pastoral con consejos transformadores.
Foto: VaE

El apóstol Pablo bendijo a Timoteo, su “verdadero hijo en la fe” (1Ti 1:2), con dos de sus epístolas pastorales, llenas de consejo piadoso, experiencia y ánimo para continuar ejerciendo el ministerio. Si bien los cristianos de todas las épocas nos hemos visto edificados por las cartas —inspiradas por Dios— que recibió Timoteo, él fue quien más las aprovechó; hablaron directamente a su corazón y a sus desafíos ministeriales específicos.

El libro Querido Timoteo (2004), escrito por 19 autores, busca ministrar a pastores jóvenes con el mismo sentido de mentoría paternal que vemos en las epístolas de Pablo. El editor del libro es Thomas K. Ascol, fundador de Founder Ministries y pastor reformado de Grace Baptist Church en Cape Coral, Florida, por casi 40 años. El tiempo de experiencia ministerial de todos los autores suma un total de… ¡480 años! Por eso, aquellos ministros que están iniciando su camino en el pastorado encontrarán en el libro una importante fuente de sabiduría. En palabras del Dr. Don Whitney, escritas hace 20 años en la contraportada:

Como ministro de 24 años de experiencia pastoral, deseo que hubiera tenido este libro en el inicio de ministerio. Ahora, como profesor de seminario, quiero que todos mis alumnos tengan este libro para el comienzo de su ministerio.

A través de 20 cartas dirigidas a un joven pastor ficticio del siglo veintiuno llamado Timoteo, estos pastores veteranos y experimentados abordan algunos de los gozos y desafíos más comunes del ministerio pastoral. Sin duda, la Escritura es suficiente para darle al pastor todo lo que necesita, pero, como lo dice Ascol en el prefacio, “no se puede negar el valor de un consejo piadoso de un pastor con experiencia” (ii).

Estos valiosos consejos abarcan muchas áreas de la vida del ministro, desde las más personales, hasta las relacionadas con la labor pastoral. Revisemos brevemente qué puede aprender el lector en términos de su santidad personal y su ministerio.

En Querido Timoteo (2004), encontramos 20 cartas a un joven pastor ficticio del siglo XXI, redactadas por pastores experimentados que abordan los gozos y desafíos comunes del ministerio pastoral.

Una visión elevada de la santidad del pastor

No es casualidad que el primer capítulo del libro se titule “Establece prioridades” y haya sido el único escrito por el editor. Al hablar del ministerio, es necesario comenzar por la devoción personal: antes de ser un pastor, se es una oveja, y antes de servir en una congregación, se es esposo y padre.

En el segundo capítulo, “Ten cuidado de ti mismo”, Conrad Mbewe alienta al pastor a priorizar sus tiempos a solas en la Escritura y la oración, teniendo particular cuidado de que las tareas no lo distraigan de sus tiempos de quietud en la presencia de Dios:

Pronto descubrirás, si no lo has hecho ya, que si bien los medios públicos de la gracia (tales como los servicios de la iglesia) serán muy beneficiosos para otros cristianos, nosotros que somos pastores tenemos que depender mucho más en los medios de gracia privados… Para nosotros el fruto de la vida interior tendrá que ser en gran medida el fruto de un alma que frecuentemente se retira para la lectura de la Biblia, la oración, la meditación y otros medios privados de gracia. Tristemente, muchas veces te sorprenderás a ti mismo racionalizando tu falta en estos ejercicios que lavan el alma, usando las tareas como excusa (18).

Quizás no hay ninguna otra vocación en el mundo que esté tan conectada con el corazón y la conducta de una persona como el pastorado. Por eso, a lo largo de Querido Timoteo, hay un llamado urgente a cuidar del alma y de la santidad, exhortando al joven pastor a priorizar la rendición de cuentas, tener cuidado con el orgullo y usar los medios de gracia.

Me llamó particularmente la atención el capítulo 5, “Memoriza las Escrituras”. Andy Davis nos recuerda que esta disciplina, más que un ejercicio académico, constituye una inversión en nuestra alma a largo plazo; la santificación no ocurre de la noche a la mañana, y aunque un pastor ya haya demostrado tener un carácter irreprensible, aún necesita que la Palabra de Dios obre en él. El pastor ha de ser como “una piedra en un río”:

Una piedra del bosque [filosa y puntiaguda] solo se vuelve suave después de años y años de estar sumergida en la corriente. Así es con tu mente y la Palabra de Dios. La santificación ocurre cuando has saturado tu mente día tras día, mes tras mes y año tras año en la verdad afluente de la Escritura (51).

Quizás no hay ninguna otra vocación en el mundo que esté tan conectada con el corazón y la conducta de una persona como el pastorado. / Foto: Lightstock

Una visión elevada del ministerio

En Querido Timoteo, el ministerio pastoral no es visto como una simple lista de tareas a realizar dentro de la iglesia. Antes que cualquier cosa, es un asunto de carácter y de afectos; se trata de imitar a Cristo, quien es el Buen Pastor (Jn 10:11), tanto en Su amor como en Su entrega sacrificial. De esta manera la explica Ted Christman en el capítulo 4, “Ama a tu rebaño”:

…si el acto de mayor semejanza a Cristo que un esposo puede hacer por su esposa es entregarse por ella, entonces seguramente el acto de mayor semejanza a Cristo que podemos hacer por nuestras ovejas es entregarnos por ellos. La esencia del amor que necesitamos emular es el sacrificio. El “amante” perfecto es nuestro precioso salvador. A medida ejercemos nuestros ministerios y nos esforzamos por asemejarnos más a Él, “contemplando como en un espejo” la gloria de nuestro Señor, seremos transformados en su misma imagen (2Co 3:18). Nosotros y nuestro amor serán más semejantes a Él y a Su amor (43).

Entonces, a lo largo del libro, aprendemos cómo el carácter de Cristo ha de verse en el pastor durante su servicio a la iglesia. Ahora, sin duda, esto tiene un componente sumamente práctico y específico.

Hebreos 13:17 da el mandato a toda la iglesia de “obedezcan a sus pastores y sujétense a ellos, porque ellos velan por sus almas”. Sin embargo, no todas las ovejas se someterán fácilmente, y cada una tendrá una necesidad muy específica según su nivel de madurez y su trasfondo. En el capítulo 8, “Sé valiente”, Bill Ascol afirma que el pastor necesita valentía para cuidar de las almas según sus necesidades, y da recomendaciones específicas para cada situación:

Las ovejas que están bajo tu cuidado constan de ovejas pequeñas, ovejas heridas, ovejas que están madurando y ovejas que están errando, todas ellas con distintos apetitos con respecto a las comidas del evangelio que deseas darles. El pastor sabio cultivará pacientemente a las ovejas, dándoles de comer la verdad bíblica según sus capacidades para recibirla. Se necesita de valentía evangélica para cultivar a las ovejas en sus situaciones diversas, pues tendrás que afrontar distintas tentaciones en tus intentos de pastorear a tal variedad de ovejas (90).

Al igual que en este capítulo, a lo largo de todo Querido Timoteo se abordan las luchas propias de servir a una congregación diversa. El libro provee mucho consejo sabio que trasciende el pragmatismo y las estrategias, llegando al corazón bíblico del ministerio pastoral.

El ministerio pastoral no es una simple lista de tareas a realizar dentro de la iglesia. Antes que cualquier cosa, es un asunto de carácter y de afectos; se trata de imitar a Cristo. / Foto: Lightstock

Un largo camino de aprendizaje

Uno de los elementos que más me llamó la atención de Querido Timoteo es que cada capítulo termina con la recomendación de algunos libros con los cuales profundizar el tema tratado. Son textos que han ayudado a estos pastores a ser lo que son en la actualidad. Si el lector adquiriera cada uno de ellos, ¡terminaría con una biblioteca gigantesca!

No solo es cierto que los libros que se recomiendan constituyen literatura de mucho valor; además, demuestran que cada uno de estos pastores veteranos ha recorrido su propio camino de aprendizaje y madurez, y ha tenido a otros que lo han guiado en el ministerio. Todos tenemos mucho por crecer, pero es un gozo saber que no estamos solos, y que cada pastor tiene otros ministros más maduros que lo pueden ayudar en su propia carrera.

Confesamos junto con el apóstol Pablo: “No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús” (Fil 3:12).


Puedes adquirir el libro dando clic en el título siguiente: Querido Timoteo (Publicaciones Faro de Gracia).

David Riaño

David Riaño es editor general de BITE Project. Es parte del equipo plantador de la Iglesia Familia Fiel en Cajicá, donde también sirve en ministerios de enseñanza. Es Licenciado en Filología Inglesa y Magíster en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Disfruta tomar café y ver series con su esposa Laura.

Artículos por categoría

Artículos relacionados

Artículos por autor

Artículos del mismo autor

Artículos recientes

Te recomendamos estos artículos

Siempre en contacto

Recursos en tu correo electrónico

¿Quieres recibir todo el contenido de Volvamos al evangelio en tu correo electrónico y enterarte de los proyectos en los que estamos trabajando?

.