La política es un negocio costoso. La carrera para la presidencia en los Estados Unidos cuesta miles de millones de dólares y el mundo espera con la respiración suspendida cada ocasión que esa república tiene elecciones. No hace mucho tiempo en Escocia, hubo un cambio de impulso masivo para el Scottish National Party [Partido Nacional Escocés], a pesar del rechazo del país para la independencia del resto del Reino Unido. No ha tardado mucho, sin embargo, para que la suciedad empezara a volar, y que los cuentos de las luchas internas y el rastrillar de la porquería se propagaran en los medios de comunicación. Jeremy Corbyn es otro político que subió al poder en la ola de la euforia de izquierda y ahora está luchando por mantener las riendas en una oposición laborista dividida, el Scottish Labour Party [partido de los trabajadores de Escocia]. Pero, a pesar de todo el bombo y la retórica, hacemos bien en recordar que cualquier poder que tienen nuestros representantes electos es sólo temporal. Nada es seguro en esta vida, nada. Los políticos pueden controlar muchas cosas, pero no controlan el futuro. Eso está en manos completamente diferentes. Esto es lo que Pablo enseña a la iglesia en Efesios 1:3-14: Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado. En él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia que ha hecho abundar para con nosotros. En toda sabiduría y discernimiento nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en él, con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él también hemos obtenido herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad, a fin de que nosotros, que fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En él también vosotros, después de escuchar el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído, fuisteis sellados en él con el Espíritu Santo de la promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia, con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para alabanza de su gloria”. Aquí, Pablo está hablando de una elección muy diferente que la de nuestros políticos. Se trata de una elección en la que los resultados ya están decididos desde hace mucho tiempo. Es una elección que tiene un significado eterno para cada miembro de la raza humana y es importante para cada creyente saber que Dios mismo nos ha elegido para ocupar nuestra actual posición espiritual delante de él. Dios nos escogió —en Cristo— antes del comienzo de los tiempos. Es Dios quien nos ha dado la vida eterna y nadie más. Sólo él tenía el poder de salvarnos de la condenación eterna, y ninguno de sus escogidos se puede perder. El versículo 4 es claro acerca de esto. En el griego original, para los interesados, estos 12 versos en realidad constituyen una sola oración. Estos versículos nos enseñan acerca de la doctrina de la Trinidad: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y están empapados del Señor Jesús; él se menciona no menos de quince veces. No tengo tiempo para explicarte todo lo que se menciona aquí, pero quiero que nos enfoquemos en la doctrina de la elección porque ese es el punto central de lo que Pablo está tratando de enseñarnos en este texto. Ahora bien, esta es una doctrina difícil de entender para varias personas y mucha gente, particularmente creyentes, deliberadamente interpretan y presentan mal esta doctrina. Tenemos un montón de gente que malinterpreta el concepto de «libre albedrío» y piensan que, de alguna manera, han hecho alguna contribución a su propia salvación. Muchos cristianos odian toda la idea de la elección, mucha gente tiene miedo de esta doctrina porque puede parecer bastante complicada. De hecho, si hago una encuesta a los cristianos del Reino Unido, muchos probablemente no se sentirían muy seguros de lo que les estaría preguntando. Varios más preferirían no discutir el tema en gran medida debido a la confusión que sienten sobre el mismo. Pero, creo que todo el tema es muy simple y este texto en particular es muy claro en todo el tema de la elección. No cabe duda de que en el libro de Efesios la doctrina de la elección desempeña un papel importante. No podemos escapar de eso y no podemos evitarlo. Y no tenemos razón para temerlo, porque una vez que lo comprendemos, pronto nos daremos cuenta de que esta doctrina tiene una aplicación muy real para nuestras vidas. Pablo quiere que entendamos esto en esta carta, él está constantemente instando a la iglesia a servir a Dios de maneras prácticas y la doctrina de la elección puede ayudarnos a hacer esto. Ciertamente este tema no es solamente para estudiantes de la Biblia en seminarios y teólogos. Dios nos ha predestinado por una razón. Y Pablo aquí en estos versículos quiere que entendamos que la doctrina de la elección afecta nuestras vidas de dos maneras inmediatas:
Una vida santa
Esta doctrina debe animarnos en nuestra búsqueda de la santidad. Dios nos ha escogido. ¿Por qué? Para vivir una vida santa e irreprensible. Jesús quiere presentarnos ante Dios el Padre como santos, perfectos e irreprensibles. Eso es un deber pesado que llevar y también un privilegio fantástico. Dios nos ha predestinado a vivir vidas diferentes frente un mundo vigilante: una vida llena de alegría, esperanza e integridad completa. La elección nos guía a la santidad.
Una vida de gratitud
La elección también nos hace agradecidos. Agradecidos por el hecho de que nuestro destino eterno está seguro en sus manos. Agradecido por su maravillosa gracia hacia nosotros inmerecidos pecadores. Agradecido por el sacrificio supremo de Cristo y su sangre derramada. Volvamos al tema de la elección de políticos y líderes. ¿Qué buscamos en un candidato político? ¿Qué características esperamos ver en ellos? ¿Honestidad? ¿Integridad? ¿Moralidad? Estos son los tipos de personas que queremos nos representen en el gobierno. Queremos a aquellos que nos servirán de la mejor manera posible y velarán por nuestros intereses y preocupaciones. Queremos que sirvan nuestra ciudad, nuestro estado y nuestro país justa y correctamente. ¿Votarías por un candidato desagradable? ¿Elegirías a un mentiroso? ¿Elegirías a una persona sin moral? ¿Elegirías a alguien que sabes que es deshonesto en su trato con la gente? No creo que lo hagamos. Pero ¿no era este exactamente nuestro estado cuando Dios nos encontró y nos eligió a nosotros: rebeldes, mentirosos y viviendo en desobediencia desenfrenada a él y sus perfectos estándares? ¿Éramos perfectos? ¿Éramos moralmente correctos? ¿Éramos honestos? No, no lo éramos. Cuando él nos eligió para darnos vida eterna éramos pecadores, mentirosos, adúlteros, fornicarios, sin honestidad e integridad; aun así, por amor, él decidió morir por nosotros. Eso muestra cuan diferente es Dios comparado con nosotros. Eso es lo grande de su amor por nosotros. Esta es la gracia de Dios. Debemos recordar que la doctrina de la elección es un regalo de Dios para nosotros, pues nada merecemos. En realidad, eso no es cierto, merecemos ser justamente castigados por la eternidad debido a nuestros pecados y rebelión, aun así, él nos escogió en Cristo antes de la creación del mundo. Nota donde está colocado el énfasis en estos versículos, todo está en Dios: su amor, su gracia, su misericordia, su elección, su plan. Eso es lo que debería conducirnos a una vida de gratitud, esa debería ser nuestra reacción a la doctrina de la elección tal como es enseñada en la Biblia. ¿Estamos agradecidos por esta doctrina? ¿Estamos agradecidos porque Dios ha escogido salvarnos? ¿Le expresamos a él este agradecimiento lo suficiente?
