Nota editorial: Este artículo fue publicado originalmente como parte de la revista de 9Marks en español, el Cristiano y la Pornografía  que puedes encontrar en este enlace  Por: Paul Jeon Se han escrito muchas listas acerca de luchar por la pureza y superar la adicción a la pornografía, tanto por cristianos como por secularistas. Incluso estos últimos, quizá para sorpresa de algunos cristianos, se han dado cuenta de que la libertad desmesurada en seguir nuestros deseos conduce a la esclavitud y a la malformación. Debido a la gran cantidad de listas de este tipo, es difícil decir algo nuevo. Pero tal vez ese no sea el punto. Quizá sea útil compartir un poco acerca de cómo otros hermanos y yo hemos desarrollado estos principios básicos de manera concreta. Después de todo, con mucha regularidad, recuerdo lo trascendental que se ha convertido la adicción a la pornografía. Cuando pensamos en Esaú intercambiando su primogenitura por un platillo de guisado de lentejas, nos reímos y pensamos: «¡Qué tonto!». Sin embargo, ¿cuántos, especialmente los hombres, pero también las mujeres, han hecho lo mismo? ¿Cuántos han sacrificado sus matrimonios, carreras y salud en general por placeres momentáneos que los han dejado vacíos y deseando más? Con ese fin, lucha contra la pornografía. Pero al leerlos, recuerda al Hijo de Dios con poder.

1. Adopta una mentalidad de guerra

Debemos asumir un enfoque extremo al luchar contra este pecado. Al igual que José, simplemente debemos huir del encanto de la esposa de Potifar. Un querido amigo mío me compartió una solución bastante extrema. Él tenía un teléfono inteligente, pero se dio cuenta de que sus visitas a sitios perjudiciales se volvieron más frecuentes. Así que hizo algo exorbitante. Canceló su plan de datos móvil, regaló su teléfono inteligente y compró un teléfono plegable. ¡Imagina eso! He visto el teléfono. Luce como algo que habrías comprado hace años cuando los teléfonos celulares empezaban a ingresar en el mercado. Admite que se ve tonto a los ojos de muchos, y que no puede disfrutar de los beneficios de tener un GPS o de buscar los mejores sándwiches vietnamitas en Yelp. Pero, en sus propias palabras: «Tienes que hacer lo que tienes que hacer si eres serio en cuanto a luchar por la pureza». Muchos afirman querer libertad y pureza, pero me pregunto: ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a tomar estos pasos «extremos» e incluso «legalistas» necesarios?

2. Sé bastante intencional respecto a tu entorno y horario

Muchas personan disfrutan el lujo del teletrabajo. Aunque esto es una ventaja maravillosa, también conduce a un mayor aislamiento. Considera por un momento la última vez que miraste pornografía. ¿Estabas degustando un frappuccinoen Starbucks? ¿Estabas vestido de traje mientras tus colegas iban y venían discutiendo los últimos chismes de la oficina? Lo más probable, es que estuvieras solo en la oficina de tu casa o donde sea que pudieras permanecer oculto de la gente, pero no de Dios. Puede ser valioso catalogar dónde y cuándo caes en la tentación sexual. En mi «industria», muchos pastores confiesan que los lunes son especialmente desafiantes luego de un largo fin de semana de dirección, adoración, predicación y encuentros con miembros y nuevos visitantes. Para otros, podría ser un viernes por la mañana, quizá el único día de la semana en el que trabajas desde casa. La mayor parte de tu trabajo ha acabado, tu mentalidad ha cambiado al decaimiento. Donde sea y cuando sea que veas pornografía, tienes que romper el patrón siendo más intencional con tu entorno y horario. Si sabes que las probabilidades de ver pornografía aumentarán exponencialmente al trabajar de manera aislada, intenta trabajar en un sitio público, como una cafetería local o una librería. Si sabes que hay un momento en el día o un día en la semana en el que eres más vulnerable, entonces agrega una actividad específica. Intenta, en lugar de sentir la tentación de ver pornografía, salir a correr. Las circunstancias de todos serán diferentes. Algunos viajan con regularidad, y otros tienen trabajos delicados que requieren aislamiento. El punto aquí es simple: no podemos permitirnos ser pasivos. Tenemos que ser proactivos respecto a nuestro entorno y horario. Este acto aparentemente pequeño realmente puede hacer maravillas.

3. Guarda tus ojos

Recuerda al Coyote en su interminable búsqueda por capturar al Correcaminos. Una de las herramientas favoritas de Wile era un desintegrador dinámico. Él empujaría hacia abajo la palanca que estaba conectada a los explosivos por un conjunto de cables. El Correcaminos a menudo encontraba una forma de escapar del peligro, pero nosotros no somos tan afortunados. Los ojos que deambulan y descansan en diferentes partes de la anatomía humana desencadenan un impulso sexual, y una vez que dicho impulso se activa, es difícil detener el resultado final. Por esta razón, debemos controlar nuestros ojos. En una oportunidad, estaba caminando con un pastor en la ciudad de Nueva York. Pasamos una famosa tienda de lencería, una valla publicitaria con mujeres vestidas con muy poca ropa, y un grupo de mujeres vestidas para salir a bailar. Durante este paseo, sus ojos estaban fijos en el piso. Lo sé porque seguía tropezando conmigo. Más tarde comentó: «Los veranos son particularmente difíciles, pero esto es lo que hay que hacer». Esto puede sonar extremo, pero muchos hombres lo suficientemente mayores y muy piadosos me han dicho: «No se vuelve más fácil a medida que envejeces. Solo tienes que mejorar en cuidar lo que ves».

4. Lee y escucha las historias de adictos o acerca de adictos, adictos de toda clase, no solo adictos a la pornografía

Al hacer esto, puedes comprender más profundamente cuán devastadora es la adicción para todos los involucrados. Las tácticas de intimidación no son muy efectivas a largo plazo, pero ese no es el punto. Necesitamos darnos cuenta de que la adicción individual tiene grandes efectos, que se extienden y desgarran la vida de otros, especialmente de los seres queridos. Quizá nos volvamos más receptivos a la idea de adoptar una mentalidad de guerra cuando escuchamos las trágicas historias de otros. Otro beneficio es que puedes aprender cómo otras personas han superado sus adicciones, y luego reorientar su enfoque en tu propia lucha. Recuerdo haber escuchado cómo un adicto al café se rodeó con galones de agua. Cada vez que sentía la urgencia de otro café con leche, tomaba suficiente agua hasta que su cuerpo no podía tolerar más líquidos. Alguien podría ver esta adicción más benigna y considerar actividades alternativas que pueden reemplazar el mirar pornografía.

5. Acepta que ver pornografía es semejante a cometer adulterio

Si estás casado y ves pornografía, estás engañando a tu cónyuge. Ciertamente, no es igual a tener relaciones sexuales fuera de tu lecho matrimonial. Pero solo porque no sea tan malo, no significa que no sea malo. Podría ser útil decir en voz alta antes, durante y después de ver pornografía: «Estoy a punto de engañar a mi esposa, estoy engañando a mi esposa, y acabo de engañar a mi esposa». ¡Dilo en voz alta! Como mínimo, te hará darte cuenta de que has estado de acuerdo con cometer adulterio. De manera similar, cuando ves pornografía y participas en una fantasía sexual, esa persona fantaseada está o podría estar casada con otra persona. En este sentido, no solo cometes injusticia contra la persona objeto de tu fantasía, sino que también estás robando al cónyuge de esa persona lo que es legítima y exclusivamente suyo. ¿Cómo reaccionarías si miles de hombres estuvieran fantaseando con tu esposa? Ese es el mismo pecado del que somos culpables cuando vemos pornografía, tenemos fantasías sexuales y nos masturbamos.

6. Resiste, resiste y resiste

Para muchos, la lucha contra la pornografía requerirá una perspectiva a largo plazo. Abstenerse de golpe, como pueden testificar muchos adictos, es casi imposible, sobre todo si la adicción comenzó a temprana edad y ha estado viva durante muchos años. Normalmente no es realista. Además, aquellos que de manera ingenua suponen que pueden detenerse abruptamente a menudo fracasan y finalmente abandonan la lucha. Lo que estoy tratando de decir es que, incluso con tus esfuerzos más sinceros, probablemente fallarás. Pero no te rindas. Asegúrate de dar dos pasos hacia el frente cada vez que tengas una recaída. No estoy sugiriendo que ver pornografía ocasionalmente esté bien. Solo estoy reconociendo la realidad de que, como en todas las guerras, la lucha aquí será larga y difícil, marcada por victorias y derrotas. Pero la esperanza es el progreso.

7. Recuerda el principio: «Eres el aire que respiras»

Hay comunidades que quieres evitar. Algunas son obvias. No compartas mucho con personas que piensan que la monogamia no es natural, van a clubs nocturnos para fiestas de solteros, y creen que ver pornografía es solo algo que la gente hace. Si escuchas esta clase de disparates lo suficiente, empezarás a creerlo. Algunas comunidades a evitar son menos obvias. Son aquellos que aparentan santidad, pero luchan en secreto. También pueden ser el grupo al que le gusta usar términos imprecisos como rendición de cuentas, pureza y lujuria, evitando al mismo tiempo la especificidad y la acción. Es importante rodearte de hombres y mujeres que se tomen esta lucha muy en serio y, en consecuencia, hagan cosas tontas como comprar un teléfono plegable, establecer planes estratégicos o caminar con sus ojos cerrados. Somos seres vulnerables. A pesar de todas nuestras conversaciones sobre autonomía, somos más maleables de lo que creemos o nos importa admitir. Rodearte de personas decididas con respecto a sus luchas y que estén dando pasos concretos hacia la libertad probablemente te impulsará a hacer lo mismo.

Finalmente, recuerda al «Hijo de Dios con poder»(Ro. 1:4),

Aquel que murió por nuestros pecados, resucitó para nuestra justificación y ha derramado Su Espíritu sobre nosotros para que podamos ser y hacer lo que por nuestros propios medios antes no podíamos

La lucha por la pureza no es para merecer el favor de Dios o ganar la aceptación entre los escogidos. La lucha por la pureza es el resultado de nuestra nueva identidad en Cristo; y el poder para vencer proviene del Espíritu Santo, el mismo Espíritu que llenó a Jesús antes de Su batalla con Satanás en el desierto. Sin lugar a dudas, estamos llamados a ocuparnos de nuestra salvación con temor y temblor (Fil. 2:12). Para muchos de nosotros hoy, esto implica trabajar con todas nuestras fuerzas para erradicar la pornografía de nuestras vidas. Aún así, incluso esta importante batalla debe librarse sabiendo que «Dios es el que [en nosotros]produce el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Fil. 2:13). La lucha por la libertad de la pornografía es real y difícil. Ningún principio o práctica será suficiente. La victoria vendrá a través de la aplicación acumulativa y consistente de estas sugerencias durante un período prolongado de tiempo. Debemos continuar luchando, porque para esto se ha revelado la gracia de Dios, para que podamos ser liberados de toda impiedad y persigamos vidas santas y justas mientras esperamos el regreso de Cristo. Nuestro Señor no demanda nada menos.


Publicado originalmente en la Revista 9Marcas #9 | El Cristiano, La Iglesia Local y la Pornografía | Puedes descargarla gratis aquí

 


Este artículo fue traducido por Nazareth Bello.


Paul Jeones un catedrático visitante de Nuevo Testamento en el Reformed Theological Seminary, campus en Washington D.C., Estados Unidos.

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