Una de las formas en que el Enemigo ataca la iglesia es enviando falsos maestros. En este video describo a siete de ellos. https://www.youtube.com/watch?v=SzpsVDe4BFQ https://www.facebook.com/challiesespanol/videos/1511797158889931/
Transcripción
La iglesia está bajo ataque siempre, en todo tiempo y lugar. Satanás es el gran enemigo de la iglesia, y él nunca descansa. Siempre está a la ofensiva. Una de sus principales y más exitosas armas es el falso maestro. En este video vamos a considerar siete falsos maestros que se encuentran hoy en la iglesia. El primer falso maestro que encontramos hoy en la iglesia es el hereje. El hereje es el más prominente, quizá el más peligroso de todos los falsos maestros. Él niega doctrinas centrales y fundamentales de la fe cristiana. Toma lo que Dios dice que es verdad y lo niega abiertamente. Toma lo que Dios prohíbe y lo respalda o lo celebra. Él mira las doctrinas centrales y fundamentales de la fe cristiana y dice: «¡Eso no es cierto! Yo tengo otra cosa en su lugar». Niega la divinidad de Jesucristo, o quizá niega la expiación penal sustitutoria de Jesucristo, o niega que Jesucristo naciera de una virgen, o niega que Dios sea trino. Él es el hereje y siempre, siempre está rondando. La Biblia habla del hereje. En 2 Pedro 2:1 dice: «En el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una pronta destrucción». El segundo falso maestro hoy en la iglesia es el charlatán. El charlatán es el maestro que solo está ahí por interés personal. Ve el cristianismo como un medio para su propia ganancia. Ve a los cristianos como un blanco, como personas de las que puede aprovecharse con el fin de enriquecerse, de llevar una vida de relajo, comodidad y riqueza. No importa cuánto obtenga, no importa cuánto tome de los demás, nunca está satisfecho. Siempre quiere más. Siempre necesita más. Solo está ahí por interés. Pretende ser un pastor, pero siempre recibe solamente. La Biblia habla de él también. 1 Timoteo 6:3-5: «Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión, es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, suspicacias y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad. Este es de los que piensan que la religión es un medio de obtener ganancias». El tercer falso maestro en la iglesia hoy es el profeta, el falso profeta. Es el maestro que pretende que trae una nueva revelación de Dios. «Sí, Dios ha hablado en la Escritura», dirá, «pero me ha hablado a mí nuevamente. Me ha dado una palabra fresca. Ahora me ha dado algo que supera a la Biblia, algo que explica mejor la Biblia, algo que debes creer en lugar de la Biblia. Aunque parezca contradictorio, te aseguro que Dios me ha hablado». Él pretende traer esta nueva revelación. A veces esto lo lleva a una secta. A veces lo lleva directo a la corriente principal del cristianismo donde vende este error. Trae esta falsa revelación y afirma que es cierta. La Biblia también habla de él en 1 Juan 4:1: «Queridos hermanos, no crean a cualquiera que pretenda estar inspirado por el Espíritu, sino sométanlo a prueba para ver si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas». El cuarto falso maestro en el mundo de hoy es el abusador. El abusador es el maestro que usa a los demás para obtener prominencia y alimentar su deseo sexual. Así que puede abusar de la gente en su camino a la gloria, a la fama, a la prominencia. Tal vez quiera una plataforma. Tal vez quiera ser visto. Tal vez quiera que todo el mundo lo conozca. Así que atropella a la gente. Los arroja hacia un lado. Pasa por encima de ellos con tal de obtener lo que quiere. De esa forma es abusivo. O bien su abuso puede ser de tipo sexual, donde alimenta su lujuria. Acosa a hombres, mujeres y/o niños para conseguir lo que quiere, para alimentar el apetito de su carne. Es un abusador. La Biblia habla de él también, en Judas 4: «Se han infiltrado entre ustedes ciertos individuos que desde hace mucho tiempo han estado señalados para condenación. Son impíos que cambian en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Jesucristo, nuestro único Soberano y Señor». El quinto falso maestro en la iglesia hoy es el cismático. Este falso maestro viene a la iglesia, quizá se presenta físicamente, quizá llega mediante libros u otros medios de enseñanza, y trae rupturas a la iglesia. En lugar de traer la unidad por la que oró Jesús, la unidad que se espera que distinga a los cristianos, trae división. Separa a un cristiano de otro. A veces va tras el liderazgo, y le cuenta y le asegura a la gente que sus líderes no son de confianza. Otras veces pone a un cristiano contra otro, a un miembro contra otro, quienes discuten y pelean por asuntos secundarios. Tiende a especializarse en nimiedades, a convertir los puntos más pequeños del cristianismo en señales de la madurez cristiana. Al hacerlo, inevitablemente pone a un cristiano contra otro. La Biblia también habla del cismático, en Judas 18-19: «“En los últimos tiempos habrá burladores que vivirán según sus propias pasiones impías”. Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu». El sexto falso maestro en la iglesia hoy es el especulador. El especulador trata de lo que es novedoso, lo original, lo especulativo. Puede que sea un académico que necesita aparecer con algo novedoso en el campo de la academia. Puede que sea un autor tratando de proponer algo novedoso a fin de vender libros. Lo que sea que haga, debilita la certeza de la fe cristiana y la reemplaza con novedad. Toma algo verdadero y lo debilita con algo que podría ser verdad, con algo especulativo, algo sin importancia. Quizá esté descubriendo códigos ocultos en las letras y las palabras de la Biblia. Quizá haya encontrado algo más en una genealogía. Quizá esté obsesionado con los tiempos finales e interprete hechos actuales de modo antojadizo en la Escritura. En cualquier caso, es el especulador, y la Biblia habla de él en Tito 3:9: «Evita las necias controversias y genealogías, las discusiones y peleas sobre la ley, porque carecen de provecho y de sentido». El séptimo falso maestro que encontramos hoy en la iglesia es el estimulador. Ya lo conoces. El estimulador escucha lo que la gente quiere, y luego se lo da. Escucha lo que la gente no quiere, y rehúsa dárselo. No importa lo que diga la Biblia, si es algo incómodo, impopular, lo evitará. Así que él trata lo que es popular. Ansía el respaldo del mundo; ansía la popularidad dentro del mundo, así que no hará nada que aleje al mundo de él, que lo haga mirarlo con recelo. Puede que tenga una iglesia abarrotada de gente, pero absolutamente desprovista del evangelio salvador de Jesucristo. Puede que hable todo el día del cielo, pero puedes estar seguro de que nunca hablará del infierno. Puede que hable de todos los grandes beneficios que vienen con ser cristiano, pero sabemos que nunca hablará del problema del pecado que está en el corazón de todo ser humano. Es el estimulador. Y por si no lo sabes, la Biblia habla de él también, en 2 Timoteo 4:3-4: «Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos». Estos son los siete falsos maestros que encontrarás en la iglesia, aunque estoy seguro de que hay muchísimos más. Mira, los grandes embajadores de Satanás en este mundo no son bribones, no son políticos, no son grandes cabilderos. Muy a menudo son pastores. Son personas que pretenden estar preocupadas por el pueblo de Dios cuando en realidad buscan sus propios intereses. Pretenden amar a Dios cuando en realidad lo odian. Pretenden amar a la gente cuando en realidad la desprecian. Satanás muy rara vez ataca frontalmente a la iglesia. Es demasiado astuto, demasiado artero para eso. Más bien envía a sus agentes a la iglesia, y estos dividen, socavan y destruyen desde dentro. Este es exactamente el motivo por el que Dios nos habla por su Palabra. Esto es lo que dice: «Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conocerán» (Mateo 7:15-16a).
