El libro Portales de esplendor, de Elisabeth Elliot, cuenta la inspiradora historia de cinco misioneros que entregaron sus vidas por el evangelio en la selva del Ecuador. Con diarios, fotos e impactantes testimonios, somos desafiados a servir genuinamente a la causa del evangelio.
¿Por qué leer Portales de esplendor? Porque escuchamos, directamente de los labios de una de las mujeres más piadosas de la historia cristiana, cómo es que su esposo, junto con otros cuatro hombres, perdieron la vida por amor al evangelio.
Elisabeth Elliot (1926–2015) fue una misionera, oradora y autora de varios libros cristianos, como Sufrir nunca es en vano, Pasión y pureza, y Déjame ser mujer, entre otros. Pero además de su ministerio de enseñanza, es ampliamente reconocida por la tragedia que vivió su esposo Jim Elliot. Junto con otros 4 hombres y sus familias, Jim y Elisabeth estuvieron en las selvas del este de Ecuador en los años 50, trabajando con la tribu Waorani, más conocidos como los “aucas”. Sin embargo, los misioneros terminaron siendo asesinados.
En Portales de esplendor, publicado por Poiema, conocemos de primera mano los sucesos que llevaron a la tragedia. Esta movida narración recopila de manera detallada, en 19 capítulos, fragmentos de diarios, cartas, testimonios, fotografías y otros recursos tomados de las sufrientes esposas de estos hombres.
Cinco misioneros
Los cinco misioneros fueron Jim Elliot, Nate Saint, Ed McCully, Peter Fleming y Roger Youderian. En este libro aprendemos sobre su infancia, conversión, el llamado que tuvieron de predicar en el Ecuador, y su trabajo misionero con las tribus. El lector será edificado a medida que lee sobre su cosmovisión, su esperanza y, sin duda, sus debilidades.
El corazón apasionado de Jim Elliot se puede ver en estas palabras:
No me atrevo a quedarme en casa mientras los quichuas perecen. ¿Y qué si la iglesia llena de personas en mi país necesita un estímulo? Ellos tienen la Escritura, a Moisés y los profetas y mucho más. Su condenación está escrita en sus cuentas bancarias y en sus Biblias empolvadas (20).
Nate Saint también tenía una pasión similar:
Al considerar el futuro y buscar la voluntad de Dios, ¿parece correcto que debamos poner en peligro nuestra vida por algunos salvajes? Al hacernos esta pregunta, podemos ver que no es el llamado a miles de necesitados, sino que es una simple referencia a la Palabra profética de que, en el último día habrá personas de toda tribu en Su presencia. En nuestros corazones sentimos que a Él le agrada que trabajemos para que Cristo traiga libertad a la prisión auca (199).
Cada capítulo muestra desde ángulos diferentes cómo el Señor estaba obrando para llevar a cabo Su plan y reunir a estas familias en la “Operación auca”.
Perseverancia en el evangelio
Al final del Portales de esplendor, el lector también podrá vislumbrar cómo, aun en la situación más sombría, el evangelio es capaz de proveer esperanza. Las esposas de los cinco misioneros asesinados son un ejemplo de cómo perseverar por amor a la gloria de Cristo.
Elisabeth escribió en medio de su dolor:
Y una vez más, las palabras antiguas del Libro de libros vinieron a mi mente: “Todo esto nos ha sobrevenido, pero no nos hemos olvidado de Ti… No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni se han desviado nuestros pasos de Tu senda; sin embargo, nos has quebrantado en la región de los chacales, y nos has cubierto con la sombra de la muerte” (281).
Después de perder a sus esposos, estas viudas continuaron trabajando con los aucas y más misioneros se sumaron a esta misión, entre ellos Rachel Saint, la hermana de Nate, y varios quichuas. El trabajo y las oraciones por esta tribu resultaron en la conversión de muchos de sus habitantes después de años. La providencia y los propósitos soberanos de Dios obraron para bien.
¿Quién debería leer Portales de esplendor?
Este texto es para todo creyente que desee ver cómo el Señor obra en el corazón de Sus hijos cuando quieren obedecer al llamado de anunciar el evangelio. El lector no necesita tener conocimientos teológicos profundos para disfrutar del libro; cualquier creyente, tanto el que recién llega al cristianismo como el que ha caminado con Cristo por décadas, será desafiado a entregar su vida genuinamente a la obra de Dios.
¿Estás dispuesto a perder tu vida por el evangelio? Estos hombres no eran aventureros. Por el contrario, sabían que en cualquier momento podían morir. Aunque a los ojos de muchos eran jóvenes con un futuro prometedor que solo desperdiciaron sus vidas, ellos sabían que le pertenecían a Cristo. Portales de esplendor te alentará a despertar al llamado de hacer discípulos, a perseverar en tu ministerio, a meditar en el poder de Dios en tu vida, y a revisar qué tanto te estás aferrando a la comodidad de este mundo.
Elisabeth habla de esta disposición a morir por el evangelio:
Olive Fleming recordó lo que había leído en el diario de Pete sobre su disposición a dar la vida por los aucas. Yo le recordé a Jim lo que ambos sabíamos que podía pasar si él iba. “Bueno, si Dios quiere que sea así”, era su respuesta tranquila. “Estoy listo para morir por la salvación de los aucas”. Cuando era estudiante universitario, Jim escribió: “No es necio el que da lo que no puede conservar para ganar lo que no puede perder” (195).
Si ya has escuchado de esta historia, disfrutarás aún más de Portales de Esplendor. Los detalles y las fotografías, junto con la sentida narración de Elisabeth, te convencerán de que esta historia tiene que seguir siendo contada en nuestros días. Cierro con estas palabras de Elisabeth:
No he podido olvidar la historia. No habría querido olvidarla, pero ha habido momentos en que me pregunto si otros querrán. Tal vez están cansados de ella. ¿Debería seguir contándola como me piden que lo haga tan frecuentemente? Le hablé de mis dudas a la señorita Corrie ten Boom quien… me dijo: “He dicho, ‘Señor, debo tener algo fresco. No puedo seguir contando la vieja historia’. Pero el Señor me dijo: ‘Esta es la historia que te di. Cuéntala’. Así que Corrie me animó a seguir contando la mía” (295-296).
Puedes adquirir el libro en Poiema.