Estar lejos del Creador es lo peor que le podría pasar a cualquiera de Sus criaturas. Recuerdo hasta este día, de cuando aún no había sido rescatado de la esclavitud del pecado y vivía en completa muerte espiritual, en cómo el vacío y la urgente necesidad de un Salvador me hacía refugiarme en mentiras y falsas esperanzas. Recuerdo cómo en aquellos tiempos, las principales metas y motivaciones de mi vida, eran conseguir la felicidad, vivir lo que sentía, y hacer lo que mi corazón me incitaba a hacer, cueste lo que cueste. Tristemente, vivía refugiado en personas, circunstancias y cosas que jamás me podrían dar lo que desesperadamente necesitaba y anhelaba. Vivía arraigado en falsas ideas y vanas esperanzas que nunca llenarían el vacío tan grande que solo el Dios del universo podía satisfacer. Sin embargo, Dios tenía otro plan completamente distinto para mí y para todos los creyentes, no porque hubiese hallado excelencia o cualidades sobresalientes en nosotros, sino porque en Su pura misericordia y bondad, decidió escogernos antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4) y salvarnos a pesar de nuestra terrible condición de pecadores.
Mentiras que suenan como la verdad
Cuando estamos lejos de Dios, el mundo (y el enemigo) nos abraza con sus mentiras, tergiversando así, las verdades que el Creador estableció acerca de Su persona y creación, y cubriéndolas con un manto engañoso, con el fin de hacerlas sonar como la verdad. No obstante, si no nos ceñimos de la Palabra de Dios, muy fácilmente seremos arrastrados a las mentiras serpentinas, así como nuestros primeros padres se dejaron seducir en uno de los capítulos más conocidos de todas las Escrituras: Génesis 3. Por lo tanto, solo las verdades de Dios podrán librarnos de ser engañados por esta clase de mentiras vestidas de luz. Así como nuestro Señor nos presenta Su hermosa revelación en Su Palabra, el diablo, incapaz de hacer nada bueno por sí mismo, toma estas palabras y las transforma en falacias, creando así su propio “evangelio”. Es por este motivo, que el interesante y relevante libro del autor, pastor y profesor Jared C. Wilson, “El evangelio según Satanás: ocho mentiras acerca de Dios que suenan como la verdad”, captó mi atención al momento de su publicación al español. Todos necesitamos no solo que nos ayuden a discernir las falsedades que diariamente nos rodean, sino también, que nos guíen con el fin de contrarrestarlas con la verdad, o como explicó el autor: “Lo mejor que se puede hacer es exponer las mentiras, examinar cómo operan, explorar por qué resultan tan convincentes y explicar cómo vencerlas con la verdad. Debemos descubrir ‘su verdadera naturaleza’”. Afortunadamente, Jared C. Wilson nos ayuda con esta autopsia. Permíteme brevemente mostrarte estas mentiras.
Estructura
Después de una importante y esclarecedora introducción, en donde nos presenta la anatomía de la mentira de la serpiente en el Jardín del Edén, el autor analiza y deconstruye, en el cuerpo del libro, las siguientes ocho mentiras:
- Dios solo quiere que seas feliz.
- Solo se vive una vez.
- Debes vivir tu verdad.
- Lo que sientes es la realidad.
- La vida es lo que tú haces de ella.
- Necesitas soltar y dejar que Dios haga.
- La cruz no tiene nada que ver con la ira de Dios.
- Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos.
Por último, concluye con un capítulo que analiza cada una de las mentiras anteriormente mencionadas y las contrarresta con las verdades transformadoras del evangelio. El libro aborda temas como la homosexualidad, pecados sexuales, pornografía, la felicidad, el sufrimiento, las pruebas, la santidad, el gozo, el materialismo, la muerte, el juicio, el relativismo, los sentimientos, las emociones, la mansedumbre, antinomianismo y el legalismo.
Exponiendo el falso “evangelio”
Es casi imposible que, durante toda tu vida, no hayas escuchado al menos una de estas populares mentiras. Lo admitas o no, cada una de estas falsedades están, en muchas ocasiones, impregnadas en la forma en que pensamos y vivimos. A menos que no hayas sido rescatado de las tinieblas y traído milagrosamente a la luz, es imposible por tu propia cuenta que seas capaz de discernirlas. Mentiras como “Dios solo quiere que seas feliz” o “lo que sientes es la realidad” son los lemas y eslóganes principales de la ideología de género y las agendas que en la actualidad nos rodean. El autor responde a esta mentira diciendo que “la prioridad de Dios no es nuestra felicidad, sino nuestra santidad”. No podría estar más de acuerdo con esta afirmación y cuanto hubiese deseado leer este material en mis años de impiedad y enemistad con Dios. La realidad es que solo cuando entendamos que la única fuente verdadera y eterna de felicidad es Cristo, y lo coloquemos a Él en el centro de nuestras vidas, todas las demás cosas estarán en el lugar correspondiente. Cristo no desea que seamos infelices, sino que Él sabe que Su persona es lo mejor que podemos tener y lo único que nos llenará. Por lo tanto, nuestros deseos, nuestras pasiones, nuestros sentimientos, emociones, inclinaciones y debilidades no nos definen, porque si estamos en Cristo, Él es nuestra identidad (2 Corintios 5:17).
Conclusión: ¿Por qué leer este libro?
Estoy completamente convencido de que el título de este libro no será lo único que impactará tu vida. Si quieres vivir una vida a la luz de las Escrituras y de la verdad, y no con base en tus sentimientos y deseos, te invito a incluir esta obra en tu biblioteca. Solo cuando seamos capaces de discernir las mentiras seductoras de la serpiente y combatirlas con las verdades del evangelio, podremos vivir realmente una vida que agrade a nuestro Padre celestial. Así como Cristo combatió y triunfó en numerosas ocasiones las tentaciones del enemigo (Mateo 4:1-11; Mateo 27:39-44), del mismo modo estamos llamados a luchar las mentiras de este mundo con las verdades que nos hacen libres. Querido amigo, si has visto el escandaloso título de este libro, y aún no te has dignado a comprarlo, te invito a que lo hagas; descuida, no es un libro satánico. Es completamente bíblico, profundo y relevante en estos tiempos en donde en muchos lugares, el engaño es el pan de cada día. Solo ten cuidado al momento de llamar a una librería cristiana y preguntar si tienen “El evangelio según Satanás” disponible. Primero, aclara que es un libro cristiano para que no te pase como mí… por poco iba a ser culpable de un infarto al que me atendió.